sábado, 19 de octubre de 2013

Capitulo 21


La luz del sol me da de lleno en toda la cara, cosa que hace que me despierte. ¿No cerré del todo la cortina? Fallo mío. Me duelen los ojos de ayer, que asco. El sol me sigue dando en la cara, así que me giro. Tengo la espalda de Alex justo delante de mi, paso un dedo por su espalda haciéndole cosquillas. Mueve un poco la espalda y sigue durmiendo, yo me río. Me vuelvo a girar y sigue el sol. Me levanto y cierro la cortina del todo. Me pongo la ropa interior y luego cojo la camiseta del pijama y me la pongo. Tenía frío. Me giro para volver a la cama y veo que me mira con una sonrisa.

-Pensaba que estabas dormido.
-Estaba despierto, antes de que me hicieras las cosquillas también -voy y me tumbo a su lado, mientras que él me abraza- ¿Ya me has perdonado? 
Yo me río. 
-Me lo estoy pensando aún, impaciente -me giro y le doy un beso en los labios mientras él sonríe-. Echaré de menos esto cuando volvamos. 
-Yo también. Echaré de menos ver tu tatuaje... -nos reímos.
-Claro, el tatuaje solo -él asiente y yo pongo cara de indignada-. Ahora si que no te perdono -digo levantándome, pero me coge de la mano y me estira hasta que quedo encima suya y entrelaza nuestros dedos.
-Claro que no. Ya sabes a lo que me refería con lo del tatuaje.
-Te estás poniendo rojo... -digo riendo. Eso hace que se ponga más rojo aún. 
-Cállate.
-Cállame -digo sonriendo. Me besa como siempre, pero después empezamos a besarnos como ayer por la noche. Su móvil empieza a sonar y él se queja. Estira el brazo, coge el móvil y descuelga. 
-¿Si? Hey, Jake. No, no me has despertado. Sí, todo va muy bien. Nada, no estoy haciendo nada. 
-Mentiroso -digo. Él se ríe y oigo a Jake preguntar que qué decía. 
-Dice que soy un mentiroso. Temas nuestros... -me acerco un poco y llego a oír que Jake dice: "¿Os he interrumpido?"- Se podría decir que sí...
-Claro que sí Jake, me cago en ti por eso -los dos hermanos se ríen. Justo se me ha ocurrido una idea. Me inclino hacia el lado que no tiene el teléfono y le doy besos por el cuello y voy bajando por la clavícula hasta que llego a su pecho.
-Sí, la habitación es de los dos. ¡Idiota! No te pienso decir nada. Que no. Qué asqueroso eres, Jake. Claro que no es verdad. Eso no te importa -no quiero saber de que hablan. Sigo dándole besos por su pecho, estoy llegando al ombligo, sé que es su punto débil-. Sí, eh, creo hoy iremos al Stratosphere o daremos una... Oh, Dios mío. Alice...  Para. Jake, espera -dice alargando la A del final, yo me aguanto la risa y sigo por el ombligo- ¡Para! Alice... -dice estremeciéndose y luego me tapa la boca y me empuja. Yo me empiezo a reír, no aguanto. Le pego la risa a él también-. Nada, molestaba. Decía que daremos una vuelta. ¡Jake! Joder, vaya dos. Mi novia me molesta y mi hermano dice cosas asquerosas. Venga adiós, imbécil -y le cuelga. Yo me seguía riendo y Alex me mira serio. Intento no reírme, pero no aguanto- ¿Y ese ataque de risa? Ahora te cogeré yo y verás como te ríes.
-¡No, no, no, no! ¡Tú no! -me levanto como puedo pero no llego muy lejos. Me coge y me empieza a hacer cosquillas. Hasta que caigo de la cama al suelo riendo. 
-Y ahora que te he hecho lo mismo que tu a mi, podemos seguir donde lo habíamos dejado -paro poco a poco de reír y me levanto del suelo y me subo a la cama hasta quedarme encima de él, como antes. Pongo mis rodillas al lado de sus caderas y me inclino hacia delante. Me besa como anoche. Le estiro hasta que los dos quedamos sentados, mis dedos se entrelazan en su pelo mientras que mis labios le recorren el cuello y la clavícula.
-Y ahora -dice entre jadeos-, ¿Ya me has perdonado?
-Puede -digo con una voz un poco ronca-. Pero si te digo que sí pararás... 
-Ah, muy bien. Así que me estás utilizando -me coge y me tumba, de modo que él queda arriba apoyado en sus codos.
-Puede... -con un dedo le recorro el pecho- Pero, empezaste tú anoche. Que quede claro.
-¿Yo? Yo solo te hacía caso, tu decías: "Esfuérzate más"-pone una voz de pito que me hace reír-, y yo pues lo hacía.  
-¡Esa no es mi voz!
-No cambies de tema que te conozco. 
-Pues me callo y no hablo más. 
-"Me enfado y no respiro", ¿cómo los pequeñitos? -yo asiento con la cabeza y aguanto la respiración. Alex se empieza a reír- Oh, ¡no mueras! Te habré de hacer el boca a boca -se va inclinando hasta mi boca, cuando la está rozando tocan a la puerta-. Joder, me estoy empezando a cabrear.
Nos reímos y yo salgo de debajo suyo, cojo mis pantalones de ayer y me los pongo. Siguen tocando a la puerta.

-¡Alex! ¿Está Alice aquí? Joder, como no esté... No vino a nuestra habitación ayer. ¡¿Abres de una maldita vez?! -abro justo cuando dicen eso.
-Hola, eh... Perdón por no avisar ayer, eh... Estábamos... -me giro para ver a Alex, y está en la cama aún tumbado con las sabanas tapado hasta la cadera. Está con el móvil, pero sé que está escuchando- Estábamos haciendo las paces. 
-Ayer te dejamos como 20 mensajes y te llamamos unas 3 veces cada una. Y hoy igual.
-No he mirado el móvil desde ayer. Lo siento. Está en silencio. 
-¿Estabas tan ocupada "haciendo las paces" que no miraras el móvil? -dice Nat mirándome con cara de no creérselo. Yo asiento, y noto que me pongo roja. Se inclinan las dos para ver la habitación-. 
-Hola, Alex... -dicen al unísono. Yo me giro y veo que él les saluda con la mano.  A las dos se le salen los ojos de sus órbitas al ver como está el. Yo me pongo más roja aún. Las dos salen de mi habitación y en el pasillo se ponen a hacer cosas raras con las manos.
-Alice, Dios mío. ¿Por qué tu te encuentras tíos de estos y yo no? Que bueno que está.  No me importaría tirármelo o cambiarlo por el mío. Pero, pero, pero, ¿tú has visto como está? -me susurra Natasha. 
-Claro que lo he visto. Ni. Se. Te. Ocurra. Tu tienes al tuyo que es muy mono también -le digo yo. 
-¿Así hacéis las paces? Uuuuyy... A saber como es sin la sábana -susurra un poco más alto Megan. Yo le pego flojo-. ¡Tu le has visto! ¿A que sí?
-¡Cállate, que te va a oír! No, si te parece yo he dormido esta noche en el jacuzzi, y él así en la cama. ¿Tu eres tonta? Pues claro. No digáis nada de esto a mis padres, ni a nadie, me dirán de todo. Ahora, ya sabéis que estoy perfectamente bien y ya nos vemos luego, ¿si? -habían vuelto a entrar y yo las voy empujando hasta que están fuera.
-Déjanos verle una última vez -pregunta Nat. Antes de que pueda decir nada, pasan las dos- Hasta luego, Alex. Perdón por molestar -voy por atrás y cojo la mano de cada una y las saco a rastras de la habitación.
-Las dos, fuera. ¡YA!
-¡Acuérdate a las 9:30 delante del ascensor! -chilla Megan mientras les cierro la puerta en su cara. Voy entrando con las manos en la cara. Él me mira aguantando la risa. 
-Relax -digo cerrando los ojos-, necesito relajarme, sí. Me voy un rato al jacuzzi -pongo una sonrisa de satisfacción y Alex se ríe. 
Voy al baño a preparar las cosas y después voy a por la toalla y la dejo al lado del jacuzzi. Mientras se llena, voy a la habitación a coger la ropa y antes de entrar al baño me giro.
-Lo has oído todo, ¿verdad? -él asiente riéndose- No. Hace. Gracia. ¿Vale? Y ahora, a relajarse.
Entro, me desvisto y me meto en el agua.



Ya es domingo y ya estoy en casa. Hace solo unas horas que nos hemos ido y ya quiero volver. En mi casa me reciben la familia de París, junto a mis padres y mis hermanos. 
-¡Alice, pero mírate! Eres ya una mujer, que mayor, y que delgada. ¿Has comido? No lo parece. Sentimos mucho no haber venido el día de tu cumpleaños. 
-Sí, tía Kathy, sí. No te preocupes, todo fue muy bien. Eh... Voy arriba a dejar mis cosas, ya vendré de aquí un rato.
Dicho eso, subo a mi habitación y veo que todo está como lo dejé, o un poco más recogido a lo mejor. Dejo la maleta y el bolso a los pies de la cama y me tumbo boca abajo en el colchón. Pienso en todo lo ocurrido y sonrío.


Algo suave me golpea en la cara y me despierto sobresaltada. ¿Cuándo me he quedado dormida? Oigo risas. Y cuando puedo ver normal, ya que tenía los ojos borrosos, veo a Alex a mi lado y a mi prima apoyada en la puerta. Los dos se ríen.
-Buenos días dormilona -dice Alex riéndose aún. Yo pongo cara de pocos amigos y entierro la cara en el cojín.
-Ja, ja. Gracias por despertarme, no lo vuelvas a hacer nunca de esta forma -digo con la cara en el cojín. Giro la cabeza y sonrío -. ¿Qué haces aquí? Aparte de despertarme...
-Mágicamente han aparecido tu sudadera y tu camiseta en mi maleta -me las enseña y después las deja a mis pies-. Yo también tenía una sudadera del mismo color, y estaban las dos en mi maleta. Me debí de confundir.
-Qué plasta eres, le quitas la magia a eso -nos reímos y extiende la mano para levantarme, yo se la cojo y me levanto de un salto. Voy a darle un beso pero me acuerdo de que mi prima está en la puerta-. Eh, ella es Marianne, mi prima de París -me giro hacia ella-, él es...
-Ya sé quien es, le he abierto yo.
-Perfecto, entonces...
-Eh... Yo me voy. Mi madre me espera para cenar y eso -dice él, un poco tímido. Yo me quejo un poco y me abraza por la espalda y bajamos. Ellos dos se despiden cuando estamos abajo de las escaleras y yo le acompaño a la puerta.
-Huye, antes de que mi tía se entere de que estás aquí -digo abriendo la puerta y el sale corriendo hasta que llega a la calle. Me río, no cierro del todo la puerta y voy hacia él-. No me dejes a mi aquí sola, por favor. 
-Eso nunca -pone su típica sonrisa, coloca sus manos en mi cintura cuando llego a su lado y me da un beso-. Pero me tengo que ir, que ha venido mi padre de España para estar con nosotros y yo estoy aquí contigo -la verdad es que nunca he visto a su padre, me ha contado que está ahí por trabajo-. Se va mañana, cuando vuelva os presento. 
-¿Es necesario?¿Y si no le gusto? Seguro que piensa que su hijo sale con un monstruo -me rio un poco.
-Pues que se aguante -sonrío y le doy un besito rápido.
-Ve. Ya tardas -me da otro beso, algo más intenso, luegos nos separamos costosamente y él se va con una sonrísa en la cara.

Cuando entro en casa, aún sonriendo, veo a mi familia en el recibidor con las maletas.
-Oh, ¿ya os vais? 
-Sí porque de aquí una hora y media sale el vuelo y tenemos que llegar al aeropuerto aún -dice mi tío. Voy a contestarle cuando mi madre aparece bajando las escaleras.
-¿Dónde estabas? Te he buscado por todos lados -dice dirigiéndose a mi.
-Ha venido Alex un momento y...
-¿Alex? -pregunta mi tía. Oh no- ¿Tu chico? -pregunta con una sonrisa burlona en la cara. Noto que me pongo roja y asiento con la cabeza- ¿Porqué no nos lo has presentado? ¡Yo quería ver como es! 
-Es muy guapo -dice Marianne. Le miro con mala cara y saco mi móvil del bolsillo. Busco una foto en la que salga él solo o alguna en la que salga normal. Encuentro una en la que salimos los dos, yo estoy entre sus brazos muriéndome de risa y él con una de sus magníficas sonrisas. Se la enseño a mi tía y todo el mundo se pone a su alrededor para verla también.
-Oh, ¡qué guapo! -coge el móvil de mi mano para ver la foto mejor y después de unos segundos veo como pasa la foto. Su sonrisa se ensancha más, mientras que mi primo pone cara de repugnancia- ¡Qué monos los dos! 
-Bueno, ya le habéis visto -cojo el móvil para ver que foto miraban y veo que es una en la que nos estamos dando un beso. Me pongo aún más colorada de lo que estaba- ¡Vais a llegar tarde! 

Todos reaccionan histéricamente mirando a ver si no se dejan nada y después se despiden. Mis padres y mi hermano van a llevarlos, mientras que yo me quedo sola. ¿Y Emmy? Entonces oigo música de algún sitio y empiezo a ir hacia su habitación. Cuando abro la puerta las luces están apagadas y las del baño también, sin embargo, la música sigue sonando débilmente. Bajo hacia el garaje, es ahí donde la encuentro y donde la música suena bastante fuerte. Emmy está en su pequeño estudio, improvisado, de arte, pintando un cuadro. Arrastro un taburete, acercándome a ella y sonrío cuando se gira a mirarme. Ella me imita. 
-Hey pequeñaja, ¿cuándo has venido? 
-Hace ya una hora o poco más. Los tíos se acaban de ir.
-Jo, que pena. No me he enterado de nada. Tengo este maldito encargo para mañana y lo he de acabar. Me queda menos, pero llevo todo el día haciéndolo. 
-Descansa un poco, Em.
-Ya me gustaría, pero es gente importante quien lo necesita, así que... Pero bueno, cuéntame.
-¿Qué quieres que te cuente? -digo soltando una carcajada.
-¡Tu viaje! 
-Ah, sí, bueno... Todo fue muy perfecto. -Dicho eso, le empiezo a contar por encima lo que hicimos esos cuatro días, sin dar detalles. 
-Ya me hubiera gustado haber hecho un viaje como ese... -nos reímos las dos y luego ella se gira con una sonrisa picarona- A mamá y a papá les puedes colar el rollo de que compartías habitación con tus primas, pero a mi no. Dormiste con Alex -dice con voz cantarina y riéndose. Maldita sea, me conoce demasiado bien.
-Vale. Sí, dormí con él. Como si fuera la primera vez que duermo con él, se ha quedado aquí a dormir y tal, no sé si lo sabes. 
-Ya bueno, pero no me refería a eso -me pongo roja al momento y bajo la cabeza, haciendo que el pelo me tape la cara. Noto como sus ojos se posan en mí y se empieza a reír-. ¡Lo sabía! Sabía que acabaríais así. ¿Qué tal fue?
-¡No voy a hablar de eso, maldita sea! 
-¡Soy tu hermana! ¡Puedes contarme lo que quieras!
-Ya bueno, pues no te quiero contar esto -me levanto del taburete y me voy hacia la puerta.
-¡No hemos acabado de hablar! -me dice Emmy.
-Sí, sí, lo que tú digas... -le grito desde la puerta.


El despertador suena y yo no me acordaba de lo asqueroso que era. Le pego un manotazo y acaba en el suelo. Me estiro un poco para mirar donde ha caído y lo veo roto.
-Bien, he de comprar otro despertador -susurro mientras me tumbo y cierro los ojos.
No pasa ni un minuto cuando oigo que alguien entra en mi habitación.
-¿Alice? ¿Estás bien? ¿Qué ha sido ese ruido? -me giro y veo a mi madre, despeinada y con el pijama aún, con cara de preocupación.
-El maldito despertador, lo he tirado y se podría decir que no hay despertador -digo restregándome los ojos.
-Ya te vale, me había asustado. Venga, muévete que llegarás tarde.
-Mamá... Acabo de llegar de un viaje y estoy...
-Me da igual, venga -dice seria. Yo me siento rápidamente, mirándola estupefacta. Mi madre y su bipolaridad.
-Vale, mami -me levanto, sonrío como una niña buena, llego hasta ella y le doy un besito en la mejilla.

Ella sale de mi cuarto y yo me voy a coger ropa de mi vestidor. Cojo unos leggins y un jersey que me llega hasta la mitad de los muslos.  Me visto y después me voy al baño a acabarme de arreglar. Cuando acabo, me voy sin comer nada. Voy hacia el instituto y cuando llego a visualizarlo, veo que alguien me está esperando...