sábado, 19 de octubre de 2013

Capitulo 21


La luz del sol me da de lleno en toda la cara, cosa que hace que me despierte. ¿No cerré del todo la cortina? Fallo mío. Me duelen los ojos de ayer, que asco. El sol me sigue dando en la cara, así que me giro. Tengo la espalda de Alex justo delante de mi, paso un dedo por su espalda haciéndole cosquillas. Mueve un poco la espalda y sigue durmiendo, yo me río. Me vuelvo a girar y sigue el sol. Me levanto y cierro la cortina del todo. Me pongo la ropa interior y luego cojo la camiseta del pijama y me la pongo. Tenía frío. Me giro para volver a la cama y veo que me mira con una sonrisa.

-Pensaba que estabas dormido.
-Estaba despierto, antes de que me hicieras las cosquillas también -voy y me tumbo a su lado, mientras que él me abraza- ¿Ya me has perdonado? 
Yo me río. 
-Me lo estoy pensando aún, impaciente -me giro y le doy un beso en los labios mientras él sonríe-. Echaré de menos esto cuando volvamos. 
-Yo también. Echaré de menos ver tu tatuaje... -nos reímos.
-Claro, el tatuaje solo -él asiente y yo pongo cara de indignada-. Ahora si que no te perdono -digo levantándome, pero me coge de la mano y me estira hasta que quedo encima suya y entrelaza nuestros dedos.
-Claro que no. Ya sabes a lo que me refería con lo del tatuaje.
-Te estás poniendo rojo... -digo riendo. Eso hace que se ponga más rojo aún. 
-Cállate.
-Cállame -digo sonriendo. Me besa como siempre, pero después empezamos a besarnos como ayer por la noche. Su móvil empieza a sonar y él se queja. Estira el brazo, coge el móvil y descuelga. 
-¿Si? Hey, Jake. No, no me has despertado. Sí, todo va muy bien. Nada, no estoy haciendo nada. 
-Mentiroso -digo. Él se ríe y oigo a Jake preguntar que qué decía. 
-Dice que soy un mentiroso. Temas nuestros... -me acerco un poco y llego a oír que Jake dice: "¿Os he interrumpido?"- Se podría decir que sí...
-Claro que sí Jake, me cago en ti por eso -los dos hermanos se ríen. Justo se me ha ocurrido una idea. Me inclino hacia el lado que no tiene el teléfono y le doy besos por el cuello y voy bajando por la clavícula hasta que llego a su pecho.
-Sí, la habitación es de los dos. ¡Idiota! No te pienso decir nada. Que no. Qué asqueroso eres, Jake. Claro que no es verdad. Eso no te importa -no quiero saber de que hablan. Sigo dándole besos por su pecho, estoy llegando al ombligo, sé que es su punto débil-. Sí, eh, creo hoy iremos al Stratosphere o daremos una... Oh, Dios mío. Alice...  Para. Jake, espera -dice alargando la A del final, yo me aguanto la risa y sigo por el ombligo- ¡Para! Alice... -dice estremeciéndose y luego me tapa la boca y me empuja. Yo me empiezo a reír, no aguanto. Le pego la risa a él también-. Nada, molestaba. Decía que daremos una vuelta. ¡Jake! Joder, vaya dos. Mi novia me molesta y mi hermano dice cosas asquerosas. Venga adiós, imbécil -y le cuelga. Yo me seguía riendo y Alex me mira serio. Intento no reírme, pero no aguanto- ¿Y ese ataque de risa? Ahora te cogeré yo y verás como te ríes.
-¡No, no, no, no! ¡Tú no! -me levanto como puedo pero no llego muy lejos. Me coge y me empieza a hacer cosquillas. Hasta que caigo de la cama al suelo riendo. 
-Y ahora que te he hecho lo mismo que tu a mi, podemos seguir donde lo habíamos dejado -paro poco a poco de reír y me levanto del suelo y me subo a la cama hasta quedarme encima de él, como antes. Pongo mis rodillas al lado de sus caderas y me inclino hacia delante. Me besa como anoche. Le estiro hasta que los dos quedamos sentados, mis dedos se entrelazan en su pelo mientras que mis labios le recorren el cuello y la clavícula.
-Y ahora -dice entre jadeos-, ¿Ya me has perdonado?
-Puede -digo con una voz un poco ronca-. Pero si te digo que sí pararás... 
-Ah, muy bien. Así que me estás utilizando -me coge y me tumba, de modo que él queda arriba apoyado en sus codos.
-Puede... -con un dedo le recorro el pecho- Pero, empezaste tú anoche. Que quede claro.
-¿Yo? Yo solo te hacía caso, tu decías: "Esfuérzate más"-pone una voz de pito que me hace reír-, y yo pues lo hacía.  
-¡Esa no es mi voz!
-No cambies de tema que te conozco. 
-Pues me callo y no hablo más. 
-"Me enfado y no respiro", ¿cómo los pequeñitos? -yo asiento con la cabeza y aguanto la respiración. Alex se empieza a reír- Oh, ¡no mueras! Te habré de hacer el boca a boca -se va inclinando hasta mi boca, cuando la está rozando tocan a la puerta-. Joder, me estoy empezando a cabrear.
Nos reímos y yo salgo de debajo suyo, cojo mis pantalones de ayer y me los pongo. Siguen tocando a la puerta.

-¡Alex! ¿Está Alice aquí? Joder, como no esté... No vino a nuestra habitación ayer. ¡¿Abres de una maldita vez?! -abro justo cuando dicen eso.
-Hola, eh... Perdón por no avisar ayer, eh... Estábamos... -me giro para ver a Alex, y está en la cama aún tumbado con las sabanas tapado hasta la cadera. Está con el móvil, pero sé que está escuchando- Estábamos haciendo las paces. 
-Ayer te dejamos como 20 mensajes y te llamamos unas 3 veces cada una. Y hoy igual.
-No he mirado el móvil desde ayer. Lo siento. Está en silencio. 
-¿Estabas tan ocupada "haciendo las paces" que no miraras el móvil? -dice Nat mirándome con cara de no creérselo. Yo asiento, y noto que me pongo roja. Se inclinan las dos para ver la habitación-. 
-Hola, Alex... -dicen al unísono. Yo me giro y veo que él les saluda con la mano.  A las dos se le salen los ojos de sus órbitas al ver como está el. Yo me pongo más roja aún. Las dos salen de mi habitación y en el pasillo se ponen a hacer cosas raras con las manos.
-Alice, Dios mío. ¿Por qué tu te encuentras tíos de estos y yo no? Que bueno que está.  No me importaría tirármelo o cambiarlo por el mío. Pero, pero, pero, ¿tú has visto como está? -me susurra Natasha. 
-Claro que lo he visto. Ni. Se. Te. Ocurra. Tu tienes al tuyo que es muy mono también -le digo yo. 
-¿Así hacéis las paces? Uuuuyy... A saber como es sin la sábana -susurra un poco más alto Megan. Yo le pego flojo-. ¡Tu le has visto! ¿A que sí?
-¡Cállate, que te va a oír! No, si te parece yo he dormido esta noche en el jacuzzi, y él así en la cama. ¿Tu eres tonta? Pues claro. No digáis nada de esto a mis padres, ni a nadie, me dirán de todo. Ahora, ya sabéis que estoy perfectamente bien y ya nos vemos luego, ¿si? -habían vuelto a entrar y yo las voy empujando hasta que están fuera.
-Déjanos verle una última vez -pregunta Nat. Antes de que pueda decir nada, pasan las dos- Hasta luego, Alex. Perdón por molestar -voy por atrás y cojo la mano de cada una y las saco a rastras de la habitación.
-Las dos, fuera. ¡YA!
-¡Acuérdate a las 9:30 delante del ascensor! -chilla Megan mientras les cierro la puerta en su cara. Voy entrando con las manos en la cara. Él me mira aguantando la risa. 
-Relax -digo cerrando los ojos-, necesito relajarme, sí. Me voy un rato al jacuzzi -pongo una sonrisa de satisfacción y Alex se ríe. 
Voy al baño a preparar las cosas y después voy a por la toalla y la dejo al lado del jacuzzi. Mientras se llena, voy a la habitación a coger la ropa y antes de entrar al baño me giro.
-Lo has oído todo, ¿verdad? -él asiente riéndose- No. Hace. Gracia. ¿Vale? Y ahora, a relajarse.
Entro, me desvisto y me meto en el agua.



Ya es domingo y ya estoy en casa. Hace solo unas horas que nos hemos ido y ya quiero volver. En mi casa me reciben la familia de París, junto a mis padres y mis hermanos. 
-¡Alice, pero mírate! Eres ya una mujer, que mayor, y que delgada. ¿Has comido? No lo parece. Sentimos mucho no haber venido el día de tu cumpleaños. 
-Sí, tía Kathy, sí. No te preocupes, todo fue muy bien. Eh... Voy arriba a dejar mis cosas, ya vendré de aquí un rato.
Dicho eso, subo a mi habitación y veo que todo está como lo dejé, o un poco más recogido a lo mejor. Dejo la maleta y el bolso a los pies de la cama y me tumbo boca abajo en el colchón. Pienso en todo lo ocurrido y sonrío.


Algo suave me golpea en la cara y me despierto sobresaltada. ¿Cuándo me he quedado dormida? Oigo risas. Y cuando puedo ver normal, ya que tenía los ojos borrosos, veo a Alex a mi lado y a mi prima apoyada en la puerta. Los dos se ríen.
-Buenos días dormilona -dice Alex riéndose aún. Yo pongo cara de pocos amigos y entierro la cara en el cojín.
-Ja, ja. Gracias por despertarme, no lo vuelvas a hacer nunca de esta forma -digo con la cara en el cojín. Giro la cabeza y sonrío -. ¿Qué haces aquí? Aparte de despertarme...
-Mágicamente han aparecido tu sudadera y tu camiseta en mi maleta -me las enseña y después las deja a mis pies-. Yo también tenía una sudadera del mismo color, y estaban las dos en mi maleta. Me debí de confundir.
-Qué plasta eres, le quitas la magia a eso -nos reímos y extiende la mano para levantarme, yo se la cojo y me levanto de un salto. Voy a darle un beso pero me acuerdo de que mi prima está en la puerta-. Eh, ella es Marianne, mi prima de París -me giro hacia ella-, él es...
-Ya sé quien es, le he abierto yo.
-Perfecto, entonces...
-Eh... Yo me voy. Mi madre me espera para cenar y eso -dice él, un poco tímido. Yo me quejo un poco y me abraza por la espalda y bajamos. Ellos dos se despiden cuando estamos abajo de las escaleras y yo le acompaño a la puerta.
-Huye, antes de que mi tía se entere de que estás aquí -digo abriendo la puerta y el sale corriendo hasta que llega a la calle. Me río, no cierro del todo la puerta y voy hacia él-. No me dejes a mi aquí sola, por favor. 
-Eso nunca -pone su típica sonrisa, coloca sus manos en mi cintura cuando llego a su lado y me da un beso-. Pero me tengo que ir, que ha venido mi padre de España para estar con nosotros y yo estoy aquí contigo -la verdad es que nunca he visto a su padre, me ha contado que está ahí por trabajo-. Se va mañana, cuando vuelva os presento. 
-¿Es necesario?¿Y si no le gusto? Seguro que piensa que su hijo sale con un monstruo -me rio un poco.
-Pues que se aguante -sonrío y le doy un besito rápido.
-Ve. Ya tardas -me da otro beso, algo más intenso, luegos nos separamos costosamente y él se va con una sonrísa en la cara.

Cuando entro en casa, aún sonriendo, veo a mi familia en el recibidor con las maletas.
-Oh, ¿ya os vais? 
-Sí porque de aquí una hora y media sale el vuelo y tenemos que llegar al aeropuerto aún -dice mi tío. Voy a contestarle cuando mi madre aparece bajando las escaleras.
-¿Dónde estabas? Te he buscado por todos lados -dice dirigiéndose a mi.
-Ha venido Alex un momento y...
-¿Alex? -pregunta mi tía. Oh no- ¿Tu chico? -pregunta con una sonrisa burlona en la cara. Noto que me pongo roja y asiento con la cabeza- ¿Porqué no nos lo has presentado? ¡Yo quería ver como es! 
-Es muy guapo -dice Marianne. Le miro con mala cara y saco mi móvil del bolsillo. Busco una foto en la que salga él solo o alguna en la que salga normal. Encuentro una en la que salimos los dos, yo estoy entre sus brazos muriéndome de risa y él con una de sus magníficas sonrisas. Se la enseño a mi tía y todo el mundo se pone a su alrededor para verla también.
-Oh, ¡qué guapo! -coge el móvil de mi mano para ver la foto mejor y después de unos segundos veo como pasa la foto. Su sonrisa se ensancha más, mientras que mi primo pone cara de repugnancia- ¡Qué monos los dos! 
-Bueno, ya le habéis visto -cojo el móvil para ver que foto miraban y veo que es una en la que nos estamos dando un beso. Me pongo aún más colorada de lo que estaba- ¡Vais a llegar tarde! 

Todos reaccionan histéricamente mirando a ver si no se dejan nada y después se despiden. Mis padres y mi hermano van a llevarlos, mientras que yo me quedo sola. ¿Y Emmy? Entonces oigo música de algún sitio y empiezo a ir hacia su habitación. Cuando abro la puerta las luces están apagadas y las del baño también, sin embargo, la música sigue sonando débilmente. Bajo hacia el garaje, es ahí donde la encuentro y donde la música suena bastante fuerte. Emmy está en su pequeño estudio, improvisado, de arte, pintando un cuadro. Arrastro un taburete, acercándome a ella y sonrío cuando se gira a mirarme. Ella me imita. 
-Hey pequeñaja, ¿cuándo has venido? 
-Hace ya una hora o poco más. Los tíos se acaban de ir.
-Jo, que pena. No me he enterado de nada. Tengo este maldito encargo para mañana y lo he de acabar. Me queda menos, pero llevo todo el día haciéndolo. 
-Descansa un poco, Em.
-Ya me gustaría, pero es gente importante quien lo necesita, así que... Pero bueno, cuéntame.
-¿Qué quieres que te cuente? -digo soltando una carcajada.
-¡Tu viaje! 
-Ah, sí, bueno... Todo fue muy perfecto. -Dicho eso, le empiezo a contar por encima lo que hicimos esos cuatro días, sin dar detalles. 
-Ya me hubiera gustado haber hecho un viaje como ese... -nos reímos las dos y luego ella se gira con una sonrisa picarona- A mamá y a papá les puedes colar el rollo de que compartías habitación con tus primas, pero a mi no. Dormiste con Alex -dice con voz cantarina y riéndose. Maldita sea, me conoce demasiado bien.
-Vale. Sí, dormí con él. Como si fuera la primera vez que duermo con él, se ha quedado aquí a dormir y tal, no sé si lo sabes. 
-Ya bueno, pero no me refería a eso -me pongo roja al momento y bajo la cabeza, haciendo que el pelo me tape la cara. Noto como sus ojos se posan en mí y se empieza a reír-. ¡Lo sabía! Sabía que acabaríais así. ¿Qué tal fue?
-¡No voy a hablar de eso, maldita sea! 
-¡Soy tu hermana! ¡Puedes contarme lo que quieras!
-Ya bueno, pues no te quiero contar esto -me levanto del taburete y me voy hacia la puerta.
-¡No hemos acabado de hablar! -me dice Emmy.
-Sí, sí, lo que tú digas... -le grito desde la puerta.


El despertador suena y yo no me acordaba de lo asqueroso que era. Le pego un manotazo y acaba en el suelo. Me estiro un poco para mirar donde ha caído y lo veo roto.
-Bien, he de comprar otro despertador -susurro mientras me tumbo y cierro los ojos.
No pasa ni un minuto cuando oigo que alguien entra en mi habitación.
-¿Alice? ¿Estás bien? ¿Qué ha sido ese ruido? -me giro y veo a mi madre, despeinada y con el pijama aún, con cara de preocupación.
-El maldito despertador, lo he tirado y se podría decir que no hay despertador -digo restregándome los ojos.
-Ya te vale, me había asustado. Venga, muévete que llegarás tarde.
-Mamá... Acabo de llegar de un viaje y estoy...
-Me da igual, venga -dice seria. Yo me siento rápidamente, mirándola estupefacta. Mi madre y su bipolaridad.
-Vale, mami -me levanto, sonrío como una niña buena, llego hasta ella y le doy un besito en la mejilla.

Ella sale de mi cuarto y yo me voy a coger ropa de mi vestidor. Cojo unos leggins y un jersey que me llega hasta la mitad de los muslos.  Me visto y después me voy al baño a acabarme de arreglar. Cuando acabo, me voy sin comer nada. Voy hacia el instituto y cuando llego a visualizarlo, veo que alguien me está esperando... 


jueves, 6 de junio de 2013

Capitulo 20


Me tiembla todo el cuerpo y no sé porque. Aquí está. 813. Introduzco la tarjeta en la cerradura y la puerta se abre.  Entro un poco a la habitación y me paro en seco. Los pasos que me seguían también se paran.  Camino un poco y echo un vistazo a la habitación. Un pequeño salón con paredes de color beige casi blanco, con un sofá marrón que le hace contraste y una tele colgada en la pared, una puerta de cristal mate está al lado del sofá. Camino un poco más y veo lo que queda de habitación.
-Wow -me giro y veo a mis primas detrás sonriendo.  Me acerco a ellas y les abrazo-. Idiotas que sois, ¡os habéis pasado! Aquí cabemos los cinco.
-No, no, no. Esta habitación es para ti y para tu chico. Nosotras tenemos otra -dice Megan. Me acerco a su oreja y entre risas digo:
-Gracias entonces.
-Mejor, os dejamos... Eh... Solos... 
Se van riendo y nos dejan solos a nosotros dos. Estoy nerviosa. Empiezo a investigar el cuarto, hasta que mi madre me llama al móvil. 
-¿Sí?
-Hola Alice, ¿qué tal? ¿Ya habéis llegado?
-Em... Sí, estamos en el hotel ya.
-¿Estás con tus primas?
-Bueno,... Eh... Sí... No, a ver, ahora estoy en la habitación de Alex. Pero ahora me iré a la mía.
-Muy bien, ¿sabes quién ha venido? ¡La tía Kathy, de París! Están también tus primos.
-Qué bien... Mama, eh...
-Te la paso, así hablas con ella -veo a Alex que saca una botella de la nevera y la mira-. ¡Alice, querida!  ¿Cómo que no estás aquí? Ah, sí, Las Vegas... Con tu chico...
-Eh... Sí, también estoy con mis primas. ¿Cuándo os vais de California?
-Estaremos hasta el domingo -Alex empieza a hacer caras raras ya que no entiende perfectamente el francés, yo me río- ¿Me escuchas?
-¿Qué? Sí.
-Pues eso, espero que te lo pases muy bien y a ver si nos vemos.
-Gracias, dale saludos a todos de mi parte, ahora me he de ir, adiós, os quiero.

Cuelgo, me tiro a la cama hacia arriba y cierro los ojos. Oigo el ruido de la cama y luego unas caricias por el cuello. 
-Que sexy cuando hablas en francés... -me río y abro los ojos. Le tengo encima y no me había dado cuenta- Solo he entendido adiós. 
-Principiante... -digo entre risas.  Le abrazo y rodamos hasta que yo quedo arriba- Traduce: Bonjour.
-Hola.
-Je t'aime.
-Eso ya no lo he entendido, es que tu eres francesa, pronuncias demasiado bien.
-¿Quiéres saber lo que es? -él asiente y yo le beso hasta que necesito respirar, me acerco a su oreja y le susurro- Te quiero -oigo como se rie y le doy besitos por el cuello.
Me siento en sus piernas y me hago un moño. Él me pone sus manos en mis muslos y los acaricia. 
-Eres un pervertido -digo intentando estar seria. 
-Perdone señorita, ¿dónde quieres que ponga las manos? -bromea levantando las manos. Se ríe y yo le cojo las manos.
-Aquí -las pongo en mi espalda-. Desátame la camiseta, pica, tengo calor y la estúpida cremallera cuesta de bajar y yo no puedo.
-Qué floja eres -dice sacando una media sonrisa y giñandome un ojo. Me doy la vuelta y la desata con facilidad-.  Lo que decía... Necesitas un hombre fuerte y guapo que te facilite la vida.
-Claro -digo con indiferencia. Me levanto y voy a dejar la camiseta en la maleta. Oigo pasos por detrás de mi.
-Enserio, ya sabes. Guapo, fuerte, simpático, que juegue a basket, moreno, con ojos azules, con...
-¿Vas a seguir describiéndote? 
-Pues...
-Cállate -le interrumpo ríendo. Le atraigo hacia mi y él me besa. Me estremezco al pensar que estamos solos. Se separa y me mira, yo niego con la cabeza. Me acerco a su oreja y le susurro- Solos... 
Se ríe y yo le quito la camiseta mientras él me besa.



Una luz hace que me despierte, y es ahí cuando recuerdo donde estoy. Sonrío y giro la cabeza para verle. Está dormido y me doy cuenta de que me tiene cogida por la cintura. Me giro y miro el móvil para ver que hora es y si tengo notificaciones. Son las 8:15, que pronto. Veo un Whatsapp del grupo que tengo con las chicas. Han hablado hace poco.
-Erica: ¡Alice! ¿Qué tal la primera noche?
-Tara: ¿Con quién duermes, eeeeeh?
-Emily: ¿Con quién va a dormir? Con Aleeeex. ¿Ha habido tema? ¿Que ha pasado, Alice?
-Erica: Guarra, contéstanos.
-Dios mío, ¿qué haceis dando guerra a estas horas? Qué tías más cotillas sois. 
-Tara: Ueueue, ¡estas viva! Responde a todas nuestras preguntas primero o no te hablaré más.
-Joder... A ver, la primera noche: Muy bien. Sí, duermo con él. Y lo otro... ¡No os importa!
-Emily: ¡Claro que importa! 
-Erica: Si no nos lo quieres contar será porque... ¡Han pasado cosas! ¡Guarra, cuéntanoslo! 
-Madre. Mía. < Solo os digo eso.  Ya hablaré con vosotras cuando vuelva y no os confiéis en que os contaré mucho... 
-Tara: ¡Dios míooooooo! 
-Emily: Te acosaremos hasta que nos lo digas... 
-Qué miedo... Venga adiós, que si sigo riéndome voy a despertarlo al pobre. 
-Erica: ¡Fotos! ¡Fotoooooos! 

Que idiotas son. Me río y hago una foto a lo que se ve de la habitación desde la cama, se ven un poco las sábanas y mis piernas, pero da igual. Cuando la envío, al momento veo mensajes de ellas que me dicen cosas "bonitas". Dejo el móvil y pienso en todo lo que pasó por la noche. De repente noto unas cosquillas que van desde el hombro hasta la cintura. Me giro y él está mirándome con esa sonrisa que me vuelve loca. 
-¿Cosquillas a primera hora de la mañana? No, por favor -digo intentando sonar sexy. 
-Buenos días a ti también -se burla él. Me acerco un poco y le beso- Sí, son buenos de verdad.
-Si no cuento a las pesadas de las chicas, son buenos -nos reímos y mi móvil empieza a sonar-. ¿Ves? Que les den. 
-Esa es mi chica. Seguramente los chicos están igual. Vaya amigos nos hemos buscado...
-Creo que somos los unicos más normales -reímos y el me coge y hace que quede encima suya-. Me das hambre, ¿lo sabías?
-Luego eres la normal... -se ríe y me besa. Me empieza a dar besitos por el cuello. 
-Me gustaría parar el timpo ahora, estaría bien. Sin que nadie nos molestase... -mi móvil suena y veo en la pantalla "Megan"- Excepto mis primas -descuelgo y le hablo un poco borde- ¿Qué quieres?
-Eh... ¿Estabas dormida? Lo siento... Seré breve: a las 9:30 delante el ascensor. 
-Ajá, 9:30 -Alex seguía dandome besos por el cuello, cosa que me desconcentra mucho y no sé que digo-. ¿Alguna cosa más para arruinarme este maravilloso momento?
- Perdón por molestarte mientras haces el amor con Alex.
-Capulla, adiós -le cuelgo y me giro-. Mi prima mal piensa, se cree que estamos haciendo guarradas. 
-Ya lo he oído, todo.
Nos reímos y seguimos tonteando y hablando en la cama. Hasta que me levanto y me voy a la ducha. No me creo que esté aquí. Me acabo duchando rápido, no quiero perder más tiempo. Cuando acabo, me enrollo una toalla al cuerpo. Voy a vestirme y me pongo unos shorts con una sudadera, una camiseta de manga corta abajo y mis maravillosas converse. Voy a peinarme y a limpiarme los dientes, cuando veo que a Alex se le ocurre lo mismo.
-Aqui no cabemos los dos -digo empujandole con la cadera hacia un lado fuera del espejo.
-Pues que se quede solo uno -y me empuja. 
-Muy bien -me siento en el mármol, al lado del lavabo y empiezo a lavarme los dientes. Le miro y veo su pelo negro despeinado y mojado, sus ojos azules, preciosos, su pecho con sus abdominales poco marcados,mojados también, y, oh, no me había dado cuenta de que llevaba una toalla atada a la cintura. Un cosquilleo me recorre por el cuerpo, me rio y me enjuago la boca. Aún sentada, me giro y me peino. Cuando menos se lo espera, le empujo y me apodero del espejo. Me acabo de peinar el pelo y me lo pongo hacia un lado.
-Dios mío, ¿qué me has hecho? -inspecciono el circulo rojo que tengo debajo de la oreja- Gracias por dejarme un chupetón.  
-Perdona, pero mira -me enseña su espalda y veo otro al debajo del cuello-. Estamos igual así que... No te quejes.
-¡Pero tu puedes decir que te han dado con una pelota o yo que sé! ¿Pero yo qué digo? 
-Pues... -dice, acercándose y cogiéndome por las caderas- Puedes decir que es una marca mía...
-Aja -le acerco a mi y le beso, hasta que alguien toca la puerta. Abro y Megan aparece detrás con su querida cámara. Hablamos un rato hasta que después bajamos a desayunar y a visitar ciudad.


Un día después. 

Al rato de cenar, subimos a nuestras respectivas habitaciones y nos vestimos para salir a una discoteca que hay una calle abajo del hotel. Me pongo unos pantalones negros con una camisa blanca sin mangas y opto por ponerme unos tacones no muy altos, blancos también. 

Todo va bastante bien por ahora. Hay bastante gente, eso sí. Y a mi me agobian los sitios con mucha gente, pero que se le va a hacer. Al llegar nos sentamos y pedimos algo para beber, hablamos sobre idioteces, nos reímos mucho, hasta que mis primas me sacan a bailar. Muero de vergüenza, menos mal que no me conoce nadie, creo. Al rato se nos unen los chicos y acabamos bailando entre un monton de gente. Alex va a por más bebida mientras nosotros nos vamos a un sitio a descansar un poco. 
Sigo mirando a Alex y una chica lo detiene a medio camino. Ella le abraza y él hace lo mismo sorprendido. Seguramente es una chica de por aquí que intenta ligárselo, no lo conseguirá. Hablan un rato, riéndose a medias. Ella no le quita los brazos de alrededor de su cuello y él no hace nada para quitarselos. Se le va acercando a él hasta que le besa. Yo no sé que hacer, aparte de seguir mirando, todo se me para. 
-No me creo que esto me vuelva a pasar -digo en susurros. Mis primas, sin saber que estoy diciendo miran hacia donde estoy mirando yo. 
Alex le pone las manos en los hombros y pienso que la está apartando, pero puede que la esté acercando a él. Se separan un momento y ella sonriendo le vuelve a besar. Él sigue sorprendido, pero no hace nada al respecto.
-Me voy -digo cogiéndo el bolso y levantándome.
-Alice... -dice Natasha cogiéndome de la muñeca- No te vayas.
-¡Todo se vuelve a repetir! ¿No te das cuenta?-me deshago de su mano y me voy hacia la puerta. He de pasar por el lado de esos dos. Mi hombro se choca con su brazo pero no le miro. Le he dado fuerte y él se separa y me ve la espalda. No reacciona.
-¡Alice! -me grita Nat, que me sigue- Muy bien, campeón- oigo que le dice a Alex cuando pasa por su lado-. ¡Alice espérame! 
Cuando salgo no hay nadie y las primeras lágrimas caen. Me apoyo en la pared y Nat sale unos segundos después. Me abraza y me dirige al hotel. Me lleva a su habitación y ella se queda conmigo. 


                                                       -Narra Alex-

Riendo, me consigo deshacer un poco de Alice, que me hace bailar. Que vergüenza, no sé ni moverme un poco. Matt, el novio de Natasha, propone que nos vayamos a sentar un poco, yo digo que voy a por las bebidas. 
-¿Alex? -pregunta una voz femenina. Me giro y la veo.
-Dios mío, ¡Nerea! -me abraza y yo a ella.
-¿Qué haces aquí? Se te echa de menos en Boston.
-Estoy de vacaciones. Pues la verdad es que yo no lo echo mucho de menos. En Los Angeles se está muy, muy bien -nos reímos un poco los dos. Es verdad, no lo echo de menos-. ¿Qué haces tu aquí?
-Hemos venido todos con los que saliamos antes -Todos. Oh, no.-. He sido la única en verte, no te preocupes.
-Bueno, eh... Voy a por bebida que me esperan. 
-Espera, Alex. Te he de decir una cosa que no te dije antes de irte -me pongo un poco nervioso. Se acerca a mi, se pone de puntillas y me besa. ¡No! ¿Qué hace? No le devuelvo el beso e intento quitarme, pero me tiene cogido por el cuello demasiado fuerte. Le pongo las manos en los hombros e intento quitarmela de encima, la empujo. Se separa y sonríe. Estoy a punto de decir algo pero me vuelve a besar. No puede ser. Alice me va a matar como me vea, joder. Puta Nerea. Sabía que estaba colada por mi desde hace tiempo pero, ¿por qué me lo ha de demostrar ahora?  
¡Ay! Algo me golpea muy fuerte en el brazo, supongo que algun borracho bailando. Me giro y veo ese  pelo dorado que tanto me gusta. Esa chica con camisa blanca y pantalones negros. No. No, no, no.
-¡Alice! -creo que grita Natasha. Sí, porque la veo pasar entre la gente. Yo me separo de Nerea y la empujo de mi- Muy bien, campeón -me dice cuando pasa a mi lado-. ¡Alice espérame!
-¡Alice! No, Natasha... -pero ya no me oye, ninguna de las dos. Me giro hacia Nerea que sigue sonríendo-. ¡¿Tu eres idiota?! ¿A ti que te pasa? Esa es mi chica, la de la camisa blanca que ha pasado. Gracias por joderme -cojo sus brazos y los quito de mi cuello, intento irme hacia la puerta pero ella me coge de la mano.
-¿Qué importa? Hay más chicas, ya tendrás a otra. O a mi...
-¡¿Cómo que qué importa?! Coño, Nerea. No hay más chicas, ella, joder, ella. ¿Sabes la diseñadora esa que tanto te gusta? Pues es su hija. Antes de que digas nada, no soy un interesado. Va a mi instituto y me enamoré joder. La quiero. Mucho -antes de que diga nada, me giro y están Megan y Matt detrás mía. Voy hacia fuera y ellos me siguen.
-Alex... La has cagado. ¿Por qué lo has hecho? -dice Megan.
-¿Yo? Pregúntaselo a la idiota esa, era mi amiga. Me cogió y  me saludó, hablamos un rato y ella me besó. No podía hacer nada, joder. Intenté quitarme pero me tenía cogido demasiado fuerte. 
-Eh, tío. Tranquilizate un poco. Respira -ahora es Matt quien habla. 
-¡No! Dios mío, he de hablar con ella. ¿Dónde está?
-¡Alex joder, tranquilo! Está con Nat. Debe estar fatal -se para a pensar un momento antes de que siga hablando-. Dime una cosa, enserio: ¿Lo hicisteis ayer, verdad? 
Noto que me ruborizo. ¿Para qué quiere saber eso?
-¿Para qué lo quieres saber? -ella me mira como diciendo "Contesta", lo suelto en un suspiro:- Sí y...
-Dios... -me interrumpe. Me dispongo a hablar pero ella sigue antes- Vale, no sé si te lo ha contado pero necesitas saberlo: A ella le paso algo muy parecido a esto, hace tiempo. Y ahora debe estar fatal. 
-¿Qué? -es lo único que consigo decir.
-Hace un año o más, ella salía con un chico. Le iba muy bien la cosa y tal. Pero un día él quería... Em... Ya sabes, hacerlo, pero ella se negó y se ve que él se cabreó. Al día siguiente se fueron de fiesta y se encontró a su chico, con otra. Él le dijo a Alice que solo la había estado utilizando, que no la había querido nunca y cosas que te puedes imaginar. Ahora ella, ha asociado esto con lo que le pasó aquel día. Así que te puedes imaginar como debe estar y como se debe sentir.
-No sabía nada... Dios mío... ¿Por qué no me lo ha contado nunca? -ella hace una mueca- Yo no le haría nunca eso. Le quiero mucho. ¡Arrg! Ahora entraría y le diría un par de cosas más a la tía esa.
-Mejor no, ya te has pasado antes -se ríe Matt. 
-¿Qué hago?
-Pues... -empieza Megan.


                                              -Narra Alice-

Hacía poco que se me había pasado el "ataque", ahora solo me caen alguna otra  lágrima, pero estoy más calmada. Todos los recuerdos de aquella asquerosa noche se mezclan con los de esta. ¿Otra vez? Creo que voy a renunciar al amor de una vez por todas. Nat y yo estamos calladas desde hace un rato, ella cotillea mi móvil y yo simplemente le doy vueltas al asunto. Cosa que no debería hacer.
 
-¿Y esta foto? -se ríe ella. Me la enseña y me rio un instante, luego vuelvo a estar igual. Es una foto de Alex sin camiseta, con un sujetador mío poniendo una pose.
-Estábamos haciendo el idiota por mi casa, lo encontró por encima de mi cama, que es donde me dejan la ropa limpia, y el muy idiota se puso a hacer el imbécil con el sujetador y ya ves.
-Vaya cuerpo, Dios... -"Pues deberías haberlo visto ayer... " pienso. Un escalofrío me recorre el cuerpo y me pongo roja. Ella se ríe y luego me mira con compasión-Vaaaale, dejamos de hablar de él. ¿Te hacen ganas unas compras la semana que viene?
-Te acompaño si quieres -digo encogiendome de hombros.
-Perfecto, día de chi...
-¡Estás aquí! -dice Megan, entrando y  abrazándome- ¿Cómo estás? -vuelvo a encoger los hombros, ella tuerce la boca- Te entiendo. 
-¿Está él en mi habitación? -ella asiente- Entonces voy a por mis cosas y vuelvo. 
Natasha me había dicho que me podía quedar con ellas si quería. Me da el móvil y voy hacia mi habitación. Cuando llego, me quito los tacones antes de tocar. Al quitarme el segundo tacón se abre la puerta y sale Matt, que me lanza una sonrísa un poco torcida. Entro y cierro la puerta detrás de mí.
Cuando entro no le veo en la habitación. Dejo caer mis tacones al suelo, al lado de mi maleta. Él saca la cabeza por la puerta del baño y a mi se me revuelve todo. 
No llores, Alice, no llores
Se acerca a mi y me abraza. Mi cabeza queda en el hombro, la apoyo y miro al suelo.
-Alice yo... -se le quiebra la voz y espera un poco para poder seguir- No he buscado el beso yo. Ha sido la imbécil esa. Era una amiga de Boston, no sé desde cuando me habrás visto, pero, la abracé y hablé con ella un poco antes del beso. Yo, intentaba quitarla, no podía, me había cogido demasiado fuerte al cuello. Te juro que si hubiera sabido que ese era su plan, no le hubiera saludado -espera un poco a si digo algo, pero yo me quedo callada. Si digo algo temo a que rompa a llorar otra vez-. Megan me ha contado lo de aquel tío. Alice, yo no sería capaz de hacerte algo así, y lo sabes. No soy como aquel. Yo no te diria ni haria nada de eso. ¡Qué cabrón! Pienso en eso y me da algo. Se me notaría demasiado si mintiera y lo sabes. ¿Me crees o no? -"Claro que te creo" pienso, me quedo callada un instante- Alice, por favor, no te quedes callada. 
-Si, si que te creo -digo con voz ronca. Me separo de su hombro y le miro mientras una lágrima me cae por la mejilla. Él me tiene cogido por la cintura-. Pero, ¿como sé yo lo que piensas? Podías haber pensado: Ya me he tirado a la hija de Lenny Lekker, reto conseguido, ahora a buscar otra chica que quiera este cuerpazo -digo intentando imitar su voz. Otra lágrima. Alex se ríe de mi monólogo.
-¿Enserio? ¿Eso crees? Porque lo que yo creo es que estas muy equivocada. ¿De verdad? -más risas. Yo sonrío un poquito-. También te equivocas en lo de cuerpazo. No lo tengo.
-Pues yo creo que sí -susurro muy bajo. No creo que lo haya oído. Quita una mano de mi cintura y me limpia las lágrimas. 
-Venga, no llores. Lo siento muchísimo. Perdóname.
-Si quieres que te perdone te habrás de esforzar más -se ríe y me da un beso en la mejilla.
-¿Perdón?
-Más -se me acerca y me da un breve beso en los labios. Cuando se separa le susurro:- Más. 
Me acerca más a él y me besa más tiempo. Yo niego con la cabeza. Pone una sonrisa pícara. Me da un beso y luego baja dandome besos por el cuello, hasta la clavícula.
-Esfuérzate más -susurro con una voz ronca. No sé si lo he dicho lo suficientemente fuerte para que me oiga, la verdad es que ya no sé si estoy hablando. 
Creo que sí me ha oído porque se ríe y noto su cálido aliento en mi cuello aún. Baja sus manos hasta el borde de mi camiseta y empieza a desabrochar los botones. Cuando acaba, mete las manos debajo de mi camiseta y me acaricia la espalda hasta llegar a mis caderas. Hago lo mismo con su camisa y luego pongo las manos en su cuello y le acerco a mi. Le beso y el se acerca a mi oreja para susurrarme:
-Ya sabes como me esfuerzo. ¿Aún no me perdonas? -llevo mis manos a sus pantalones y se los desabrocho. Después le miro y niego con la cabeza mordiéndome el labio. Quita las manos de mis caderas y me quita la camiseta del todo, después se quita la suya y me besa con deseo. Giramos y él me conduce hasta la cama. Me siento en el borde y él me besa y luego va bajando dándome besitos hasta que para debajo del ombligo. 
-Me lo estoy pensando aún... -me río. 
Él sabe que le he perdonado. 

jueves, 9 de mayo de 2013

Capitulo 19


"Lo siento mucho, todo. Alice por favor, perdóname. Quiero hablar contigo... -Mike"
Borro el chat, y sigo mirando cosas. Otro mensaje, ¿no se cansa este chico?
"Alice, cariño, lo siento mucho... No que..."
No lo acabo de leer y le contesto:
"Que te calles, ¡déjame tranquila!"
Miro el nombre de quien me lo envía y... ¡Mierda, Erika!
"Erika, cariño, no te quería contestar así, pensaba que eras el pesado de Mike que me acosa otra vez. No te preocupes, que no pasa nada. Tranquila."
"¡Que susto! Pensaba que iba por mi... De verdad, lo siento. Por si te animas, quedaremos en el teatro, esta tarde a las 19:00. Bueno te dejo que me pillan."
"No contéis conmigo."
Cuando se acaba la clase, nos encontramos todos por los pasillos. Nos quedamos hablando un rato, hasta que toca el timbre. Todos tenemos química, así que vamos juntos a la clase. Tres cuartos de hora más tarde, me avisan de que me he de ir. Que pronto, jope. ¿Qué querrá Emmy?
Cuando llego al coche, ella me espera con una sonrisa.
-Hola, peque.
-Hey, hermanita -me acerco y nos abrazamos-. ¿Dónde me llevas?
-No sé si te gustará mucho, pero te lo pasarás guay. No te eches atrás.
-Uy, miedo me das con ese "no te eches atrás"... Si no me gustará, ¿porqué me llevas?
-Alguien te necesita -se ríe y yo pongo mala cara-. En fin, peque, cuéntame algo.
-Ya tengo los billetes de Las Vegas y me están diciendo, las chicas, para bailar en una función, para el viaje de estudios.
-¿Y vas a bailar?
-No, no... Que va.
-Anímate, que te lo pasarás muy bien. Volverás loquito a Alex... -le empujo un poco y seguimos hablando.
Me cuenta cosas sobre Liam, me advierte sobre otras que preferiría no haber escuchado. Me incomoda un poco hablar sobre ello, pero no sé porque me pongo así, es mi hermana.
-En fin, ya hemos llegado -dice, mientras me quito el cinturón. Miro por la ventana para saber donde estamos y...
-No... ¡No! Me niego. ¿Cómo me habéis podido engañar? Emmy, no me hagas esto... -no me da mucho tiempo a hacer nada, porque vienen los estilistas a sacarme del coche. Me arrastran hasta una silla, dentro de una habitación llena de ropa y maquillaje.
-¡Cariño! ¡Muchas gracias por venir! Te necesitaba aho...
-Ajá. Y sabes que no me gusta hacer esto, y me has mentido. ¿Qué gano con esto? ¿Qué la gente me moleste? ¡Pues no quiero! -le chillo. Me pongo nerviosa porque los estilistas me empiezan a tocar el pelo y la cara- ¡Parad vosotros también! -les empiezo a apartar las manos de mi cabeza.
-Alice, cariño. No te pongas así... Con esto ganas un móvil, te quería dar una sorpresa, pero ya nada. Me lo han dado esta mañana, y yo, ¿para qué lo necesito? Sé que querías uno, y por eso te lo quería dar. Por favor, Alice, hazlo por mi. Si no te gustan como quedan las fotos ya buscamos a alguien más, pero pruébalo.
-Bueno... Vale... -me sentía mal, por haberle dicho todo eso y hablarle mal. Me levanté y la abracé- No te acostumbres a esto. ¿Me darás el móvil luego?
Me dedicó una preciosa sonrisa y asintió. Luego habló con sus ayudantes y me empezaron a peinar, a maquillarme y a vestirme. Parecía una muñeca. Me hicieron fotos a más no poder. Me hacían cambiarme de ropa cada pocos minutos, y más fotos. Estaba hecha polvo, quería irme a mi casa. Pasaban horas y horas.
"Piensa en que en un par de días estaría en Las Vegas, con él, solos..." Me dice una vocecilla interior. Un cosquilleo recorre todo mi cuerpo.
-Perfecto -susurra el fotógrafo.
-¿El qué? -pregunto. Algo me he perdido.
-Tu sonrisa.
-¿Cual?
-La que acabas de poner...
-Yo no he hecho nada, sólo pensaba en Al... Go.
-¿Al... Go? -preguntan algunos al unísono.
-¿Al... Ex? -pregunta mi madre. Ella sonríe ampliamente. Emmy sonríe un poco y sigue hablando por el móvil. ¿Con quién hablará tanto?
-Mamá... -digo en un susurro. Me tapo la cara con las manos y la noto caliente, estaré roja seguramente.
Todos empiezan a chismorrear y mi madre les cuenta más cosas, y a mi me preguntan. Que asco, no me gusta cuando la gente se pone "La pequeña Alice ha crecido". Que pesados, por Dios. Consigo escaparme de todos esos y me voy con Emmy.
-¿A que esto no es tan malo? Te tratan muy bien.
-Bueno... Pero son unos pesados, ¿porque no me he callado? -le miro y ella me ignora, sigue hablando por el móvil - Tierra llamando a Emmy... ¿Con quién hablas? - le quito su móvil. Mi cara es indescriptible en ese momento, hay en ella sorpresa, confusión y más. Empecé a leer todo lo que pude.

*...
*Alex: No tenía pensado hacerlo, ni lo haré.
*Yo: Pues como le hagas algo verás, eh...
*Alex: Si, cuñada. Jajaja ¿Qué hace la modelo? La quiero ver... ^^
*Yo: Pues está por ahí dentro, que la ha liado un poco y la están interrogando. Pobrecita jaja
*Alex: ¿Qué ha hecho ya?
*Yo: Se ve que pensaba en cosas y ha sonreído y el fotógrafo le ha dicho que le gustaba esa sonrisa y tal. Y ella ha dicho que solo estaba pensando en AL...GO... Y a mi madre se le ha escapado Alex y ya ves a todos, pues, preguntando y cotilleando.
*Alex: Joder, que tía, ya le vale. A este paso voy a acabar siendo más famoso que tu padre y tu madre juntos jajaj
*Yo: Jajaja Pues tu espera... Que te queda mucho. Pero tu hazle lo mismo, que ella se muere de vergüenza a más no poder, voy enserio, no hay otra cosa que le de más vergüenza que conocer a gente, aparte de hacer cosas delante de mucha gente.
*Alex: Muajaja Pobrecita, no es culpa suya :P Se le ha escapado a tu madre, Alice podría haberlo disimularlo. No le voy a hacer nada, que luego se cabrea conmigo y es muy cabezona para que me "perdone".
*Yo: Jajaja Cabezona es, da igual si está cabreada o no... Como se nota que la quieres :)
*Alex: Ni te lo imaginas.

Sonrío con lo último, tengo tentación de llamarle, pero Emmy me quitaría el móvil, además que están los otros por aquí también. Joder. Cuando me doy la vuelta no veo a nadie, estoy sola, pero se oyen voces de la otra habitación, también han recogido cosas, y yo sin enterarme. Así que, si estoy sola... Marco su numero y le doy a "Llamar".
-¿Si?
-Mi hermana es mala dándote ideas. La voy a matar -él se ríe.
-¿Cómo lo sabes?
-Leo mentes si te parece -me río-. Tonto, le he quitado el móvil, no sabía con quien hablaba. Soy una rebelde.
-Eres mi rebelde -me dice él, yo sonrío. Suya, ha dicho que soy suya-. Se te echa de menos, modelo. Entre estos días casi no te veo.
-Y yo a ti, mucho -hay un corto silencio entre los dos-. Eh, ¿cómo que soy una cabezona? -él se empieza a reír mucho.
-Lo que oyes -dice riendo aún.
-¿A que te muerdo? -digo medio indignada, pero juguetona a la vez.
-¿Qué me vas a morder?
-Ams... La boca.
-Mmm... Que miedo me das, ratita -nos reímos y seguimos hablando hasta que él se va a basket. Bueno, por lo menos he hablado un poquito con él.
Cuando acabamos Emmy se empeña a llevarme de compras. La otra. Me quiere comprar cosas para Las Vegas. Está loca la pobre, me quería comprar un vestido de encaje MUY ajustado al cuerpo y bastante transparente, como un camisón. Más ropa interior, porque dice que la mía estaba muy vieja.
Y ropa, mucha ropa, tanto como de fiesta, como de calle, como... ¡Mucha ropa!

Cuando llegamos a casa, cada una llevamos dos bolsas llenas. Que cansada estoy. Me voy hacia la la habitación pero mi madre me para antes de entrar en ella.
-¿Dónde te crees que vas?
-A descansar, que estoy hecha polvo, por tu culpa.
-No, no, no, no... Tu te bajas al salón con papá y le ayudas, que tenemos una cena.
-Pues adiós muy buenas, me quedo arriba -digo entrado en mi habitación.
-Alice... Baja, que estarás con Mike.
-¡¿Qué?! -chillo dándome la vuelta-. No, no. Menos aún, ¿tu estás loca? Me quedo aquí y no salgo.
-Cariño... -le cierro la puerta en las narices. Y cierro con llave, así no me molestan.

Me acerco a la ventana y veo como aparcan el coche delante de la entrada. Todos los Stan salen del coche y el chico que tanto odio se queda mirando mi ventana, donde yo estoy. Le enseño el dedo corazón y le pongo mala cara. Él parece verme, ya que junta las manos como si dijera "Perdóname". A eso, yo cierro la cortina.

A los pocos minutos oigo que tocan mi puerta e intentan abrirla.

Cojo el móvil y escribo:
"Sálvame, ven a mi casa, pregúntale a mi madre sobre mi y si me puedo ir contigo a una fiesta con los chicos. O invéntate algo. Luego soy libre y me llevas donde tu quieras. Por favor, ayuda"

A los pocos segundos me llega un mensaje, y Mike sigue tocando la puerta.
"¿Qué pasa? Mmm... Me gusta la idea de que seas libre. Ahora llego."

Voy corriendo a la ventana, la abro, miro hacia abajo y le veo. Él deja la maleta delante de su casa y cruza corriendo.
-Tss... No toques aún. Espera -le susurro, él me oye y asiente. Corro, cojo una maleta y pongo un par de cosas dentro. Vuelvo a la ventana y las tiro hacia abajo-. Ahora ya puedes.

Veo como saca media sonrisa y niega con la cabeza. Segundos más tarde, oigo el timbre y yo voy rápido abajo. Cuando bajo miro hacia la puerta y veo que abre Emmy.
-¡Alice! -me llama ella. Voy hacia allí, intentando no reírme- Dice Alex que si...
-Ya lo sé. Ahora vengo -Alex le cuenta lo único que le he dicho- ¡Mamá! 
-Dime...
-Me voy con Alex y con los chicos por ahí.
-Pero, aquí...
-Lo sé, la cena. Si he de estar aquí me quedo arriba. 
-Por lo menos saluda -le respondo con una mueca y voy al salón a saludar a los Stan. A Michael, a su mujer, Rosana y a la hermana de Mike, Melanie. A él ni me molesto en saludarle. Vuelvo donde están Emmy y Alex.
-Vamos, antes de que se arrepienta mi madre -digo riendo y empujando a él. Salimos y cojo la maleta que había tirado antes desde mi ventana-. Ya soy tuya, ¿dónde me llevas?
-¿Qué te parece a mi casa? Es que estoy algo cansado -reconoce, algo avergonzado-. No hay nadie, mi hermano está con amigos suyos y mi madre está en España.
-Perfecto -sonrío y le abrazo. Cuando llegamos a su casa, nos recibe Jack, su perrito. Le acaricio y juego un rato con él, luego subo a la habitación donde está Alex. Cuando abro la puerta, él se está cambiando, al darme cuenta cierro la puerta. Oigo que él se rie y luego no oigo nada más. Me muerdo el labio inferior sin darme cuenta y me rio por lo bajo.  Pego un salto cuando él abre la puerta de repente. 
-¿Tan feo soy que no me quieres ver, ratita? -Me rio y antes de poder decir nada él me coje como un saco de patatas. Yo me cojo a su cintura desnuda para no caerme mientras él entra en la habitación y cierra la puerta con una patada. 
-Suéltame, capullo -digo riéndome.
-Pero quieres mucho a este capullo, ¿me equivoco?
-Para nada -le acaricio la espalda con la punta de los dedos y noto como se estremece. Él me baja y sonríe mientras me acaricia la mejilla. Llevo mis manos hasta su cuello y le acerco a mi. Cuando estamos a muy pocos cemtímetros él pone sus manos en mis caderas y me acerca más hacia él, no aguanto más y le beso. Le echaba de menos, mucho. De aquí unos días... Un escalofrío me recorre todo el cuerpo y de lo pegados que estamos, Alex parece notarlo porque se separa un poco y sonríe. Yo le imito, pero luego me acuerdo de una cosa. Me acerco más, le muerdo el labio inferior y tiro un poco de él. Alex suelta una carcajada.
-Espero que el apodo de "ratita" no me dure mucho tiempo -digo de repente. El niega con la cabeza y me vuelve a besar.
-Ya tenía ganas de estar solos -dice entre jadeos-. Pero...
-Pero, tu hermano puede venir en cualquier momento -le digo en tono sarcástico. Le doy un besito y me deshago un poco de sus brazos-. Te he de enseñar algo -voy hacia la maleta que había dejado en la cama y saco el móvil nuevo. Sonrio y él flipa.
-¡Joder! ¿Te lo han comprado?
-No, se lo han dado a mi madre y ella me lo ha dado a mi. 
-Qué suerte, tu. Si insistes tanto, pues venga, vale, nos podemos cambiar los móviles. Tu te quedas el mío y yo el tuyo -dice en broma, sacándo el suyo del bolsillo. Yo niego con la cabeza, y reímos. Cojo su móvil y jugueteo un poco con él. 
-Venga, vale, los cambiamos. Así veré todas las fotos de chicas que tienes. Sí, sí -mepongo a correr hacia la puerta antes de que él reaccione. Oigo los pasos detrás de mi y me meto en el baño más cercano y cierro con llave- Ahora a mirar tus fotos... -digo en voz bastante alta, mientras él ríe.

Empiezo a cotillearle y solo veo fotos mías o con Erika, Emily o Tara. Espera... ¿Y esta chica? ¿Y este beso? Se parecen un poco, la verdad... Una idea se me ocurre y me pongo a reír, Alex desde fuera también rie e intenta abrir la puerta. Dejo el móvil en el labavo y me quito la camiseta, y empiezo a hacer fotos. Cuando acabo, me coloco la camiseta e intento que esté como antes. Cuando acabo, abro la puerta indignada.
-¿Y bien? ¿Qué has encontrado? -le enseño la foto de la chica y el se echa a reír- Es mi prima, idiota. ¿Algo más? -intentando poner cara de pocos amigos, reprimiendo risas, pongo la otra foto. Él la ve y se sonroja un poco. 
-¿Y bien? -digo intentando copiar su tono de voz.
-Yo esa foto no la he visto nunca -mira un poco más la foto, luego sonrie y pone sus manos en mi cintura-. Así que... ¿Ese es el sujetador que llevas hoy? 
-Mierda, ¿cómo lo has sabido? -no aguanto y me pongo a reír.
-Fácil: El pelo, se te transparenta un poquito la camiseta  y esa peca tan mona que tienes al lado del ombligo -yo me sonrojo y me levanto un poco la camiseta para verla-. Sí, esa. 
-Eh, eso de que se transparenta la camiseta... Dónde miras, eh.

Nos reímos y luego seguimos haciendo el tonto un rato. 


sábado, 23 de marzo de 2013

Capitulo 18


Me despierto sobresaltada, per feliz. Busco el móvil entre las sabanas y no lo encuentro. Me giro y, allí está, en la mesita de noche. Algo me asusta, me asomo al suelo y el álbum de fotos que ayer miraba está en el suelo. Sonrío al verlo, pero noto melancolía también, lo cojo y lo pongo encima de la cama. Miro la hora y, bah, es demasiado pronto. Miro el whats app, a ver si alguien me ha hablado y, sí: Alex.

"Buenos días preciosa, ¿quedamos a las 7:30 delante el insti? Así tendremos un poquito de más tiempo solos... ;)"

Si te despiertas feliz y después te encuentras un mensaje de estos, yo creo que más feliz no puedes estar. Son las 7:10, he de correr. Le contesto un: "Bieen pensado, pero me habrías de haber avisado ayer. <3" Y me voy a merendar. Un café, que estoy dormida aún. Subo a mi habitación, con el café y busco la ropa. Una camisa sin mangas, con unos shorts y unas medias abajo. Y que no falten las converse blancas. Me lavo los dientes y me maquillo, luego me hago una trenza de raíz, lo más rápido posible y le escribo una nota a mi madre. "Mamá, me he ido antes, no te preocupes. xx" Cojo el móvil, las llaves, la maleta y me voy.
Mientras voy hacia el instituto, miro que novedades hay en el Facebook, lo miro a la velocidad que mi móvil permite. Vaya asco. Antes de irme a Las Vegas me compro otro móvil, así de clarito. No me doy cuenta y ya estoy en el instituto. Vivo muy cerca. Ahí está él, sentado en un banco. Que guapo. Inconscientemente me pongo a correr hacia él y le abrazo por atrás.
-A que no sabes quién soy -digo irónicamente.
-No, ni idea-dice él siguiendome el juego.
-Pues soy una chica, con él pelo medio rubio, los ojos verdes, alta, de dieciocho años... ¿Ahora?
-Me suena, pero como hay tantas así... Si me dejas verte a lo mejor ya te conozco -dice intentado girarse, yo no le dejo, tengo ganas de jugar un rato-. ¡Eh! Déjame girarme. No te podré decir lo guapa que estás hoy.
-Me da igual, si total yo ya sé que estoy guapa -río. Le doy un beso en el cuello, otro en la mandíbula, otro en la mejilla y otro al lado de la comisura del labio izquierdo.
-Ahora sí que quiero girarme -me río y no le dejo que se gire aún.
-Espera, no te gires aún -digo soltándole-. Aún no... -Digo retrocediendo hasta un árbol- Aún tampoco... -Me escondo atrás- ¡Ya!
Entre las ramas veo que se gira y que no me encuentra. Viene hacia el árbol, mierda, ¿cómo sabe que estoy aquí? Sonrío y me muerdo el labio de abajo. Él viene y me ve.
-Hace cinco minutos que te espero aquí, ¿cómo es que llegas tarde? -digo con ironía.
-Es que, una tía guapísima me ha abrazado y me ha retardado, tenía el pelo más o menos rubio, llevaba una trenza -me mira de arriba a abajo-, también llevaba una camisa, unos shorts y unas converse blancas. No te me pongas celosa, eh.
-Habré de hablar con ella, ¿cómo te retardaba?
-Pues, se me ha acercado, y me ha dado un beso en el cuello -y me lo da-, otro en la mandíbula , otro en la mejilla, y casi me da uno aquí -se me acerca y me da uno en los labios.
-¿Y te ha gustado?
-Mucho -nos reímos y me da otro beso, este dura un poco más que el anterior-. ¿Estás mejor de lo de ayer?
-Sí, mucho. Me encontré a Mike en el polideportivo, y me cabreé más, pero eso no tiene importancia.
-No te debí sacar el tema, lo sient...
-Que no, que te calles -le interrumpo-. Que no pasa nada, ya lo tengo asumido, me duele al contarlo, pero que ya está. No le des más vueltas -saco una sonrisa de esas que sé que le gustan-. No hablemos más de estas cosas -me pongo de puntillas y le doy un besito en la nariz-. Y no me preguntes que qué tal la frente. No me duele. Cambiemos de tema -le abro la chaqueta y le abrazo por dentro, tengo frío.
-Estás muy fresquita. Vas con manga corta, así normal -se ríe.
-Yo voy sexy para ti, hombre. Es que no te das cuenta, eh...
-Bueno, si lo miras así, pues, claro que me doy cuenta -se me acerca más y mete las manos en mis bolsillos traseros de los shorts-.Y... ¿Ya sabes algo de Las Vegas? Quiero ir ya.
-Pues mi prima me dijo que una mañana me traería los billetes, pero no se cuando. ¿Y esas ganas?
-Tengo ganas de estar contigo, solitos, sin gente conocida por los alrededores...
-Bueno, estarán mis primas, así que muy solitos, no creo.
-Bah, da igual. Por cierto, ¿qué edad tienen tus primas?
-Veinte... -le sonrío como una niña buena.
-Ah, muy bien, me toca ser el pequeño, ¿no?
-Pero si tienes un año menos que yo, bueno, has de hacer los diecisiete, pero bueno. Además pareces más mayor que yo.
-Bueno, eso da igual, soy el pequeñito -dice indignado. Se separa un poco de mi, se gira y se cruza de brazos. Me río y me pongo delante suya.
-A ver, enanito, me vas a tener a mi, ¿qué más necesitas?
-Pues... Necesito... Mi chupete -dice imitando a la voz de un niño pequeño.
-Toma el chupete -y le beso. Estamos así un poco hasta que un pitido de un coche nos hace separarnos. Cuando me giro me encuentro un Audi rojo, sonrío al verlo. Un silbido sale por la ventana abierta. Cojo a Alex de la mano y voy hacia el coche.
-Siento interrumpirte este momento, primita. Pero, te traemos los billetes de avión.
-Muy mal, primita... -nos reímos y cojo los billetes que Megan me da- ¡Ya era hora!
-Eh, eh, eh, antes de nada. ¿No nos lo presentas? -dice Natasha, que es la que conduce.
-Claro. Alex, estas son Natasha -la señalo- y Megan -la señalo también-, mis primas algo anormales. Y primitas, él es el famoso Alex -él les saluda y les sonríe. Está algo avergonzado, lo noto. Le abrazo y él también me abraza.
-¡Qué monos! -dice Megan.
-Tenías razón, Alice, es muy guapo. No me importaría salir con él -dice Natasha. Yo le miro  con cara de "Ni lo pruebes". Me giro hacia él y está rojo y riéndose-. Que no tonta, que es mentira. Yo tengo a un amigo, así que no te preocupes.
-Le sacas cuatro años además. Como pruebes de tocármelo te meto una orden de alejamiento -digo.
-¿Cómo que una orden de alejamiento? No te podrías venir a Las Vegas, ni podrías acercarte a mi, primita.
-No, yo lo pondría a nombre de él.
-Bueno, vosotras dos a callar. ¿Tu que opinas, Alex? ¿Con cuál te quedas?-dice Megan.
-¿Yo? Pues, yo me quedo con... El coche -y se ríe. Y mis primas también.
-Muy bien, cariño. Si, si -le digo, indignada.
-Que no, tontita. Que me quedo contigo -y me da un besito en los labios. Yo me sonrojo-. Natasha, en otra ocasión será, lo siento.
-Bueno, ¿hay algo importante que debamos saber sobre el viaje? -pregunto, aún noto que las mejillas me arden.
-Sí. El miércoles que viene, quedamos en el aeropuerto a las 20:30, una hora antes de que salga el avión. ¿Quedamos en la entrada? -dice Megan.
-Vale. ¿Algo más?
-Nada, que se nos hace tarde. Ésta tarde nos llamamos -dice Natasha-. Te quiero Alice -y se van.

-¿Cómo que nos vamos el miércoles?
-Si, llegamos a Las Vegas por la noche. Entramos en el hotel y luego el jueves y el viernes hay puente. Así que... Tenemos como unas mini vacaciones.
-Guay, y estaremos... ¿cuatro días?
-Sí, poquito, pero no creo que hagamos mucha cosa allí, referiendome a patearnos Las Vegas -me mira y se toca el pelo, en algo piensa. Ahora que me fijo, se cortó el pelo, es verdad. Ahora lo tiene como con un tupé delante y más corto por los lados-. Bonito pelo. Me encanta.
-Gracias, pero a mi no me acaba de gustar.
-Pues a mi si, total tu no te lo ves, ¿qué más te da? -me burlo. Me acerco y vuelvo a meter los brazos por dentro de su chaqueta, le abrazo también, ¿cómo hace para estar tan caliente?
-A parte de esto, ¿has ido a Las Vegas alguna vez?
-Sí, un par de veces. Más que nada, me sé restaurantes y sitios caros. Consecuencias de tener papis ricos... -me sonrojo.
-Qué guapa estás cuando te sonrojas, bueno, no hace falta que te sonrojes para estar guapa -le miro y me sonríe. Yo hago lo mismo.
-Qué guapo estás cuando respiras -le saco la lengua y él me besa sin que me dé tiempo a reaccionar. Me dejo hacer.
-¡Alice! ¡Alice, Alice, Alice, Alice! -me giro asustada y me encuentro a Erica que viene hacia nosotros corriendo.
-De repente, me entran ganas de irme, ahora mismo -miro a Alex y él asiente con la cabeza y me mira atontado. Miro sus labios y están rojos. Supongo que los míos también. Vuelvo a prestar atención a Erica, que ya esta al lado nuestro-. Dime, loca.
-¿A que te apuntas con nosotras al espectáculo ese para recaudar dinero del viaje de estudios?
-¿Qué? No, no, no. No contéis conmigo.
-Venga, Alice, que será divertido. Bailaremos.
-Menos aún. No sé ba...
-¿Cómo que no? -me interrumpe Alex- Pues, ¿qué es lo que haces a veces en tu casa? -le miro sorprendida y le empujo un poco.
-Pues no, no sé bailar -miento.
-Alice, por favor, hazlo por nosotras... Emily, Tara y por mí. Venga... Si no te lo pasas bien ya te devolveremos el favor.
-Que no.
-Que sí. Mira, hemos pensado en bailar "Your Body" de Christina Aguilera. Tú bailas muy bien. ¿No te acuerdas de el año pasado cuando salíamos de fiesta con Ma...? -dice lo último arrepentida, casi en un susurro. Dentro de mí, todo se derrumba y se me cristalizan los ojos. Los cierro e intento que no salga ninguna lágrima. Dejo de abrazar a Alex y me abrazo a mi misma. Él no me suelta tampoco- L-lo siento mucho, n-no quería decir eso. No sabía que aún lo tenías ta...
-¡Ya está! -grito-Ya lo has dicho, ¿vale? Lo dicho, dicho está, así que, no hablemos más de esto. Sí, aún lo tengo fresco. Nunca se me ha ido del todo. ¿Cómo crees que se me podría olvidar? N-no tengo ganas de, hablar más -ya está, la primera lágrima me cae. Me deshago de los brazos de Alex y tiro la maleta al suelo. Voy hacia el instituto pero ellos me siguen. Me paro y me giro- Sola.
Voy corriendo hasta el baño más alejado de la entrada. Cuando entro, apoyo las manos en el lavabo y me miro al espejo. Mi cara, con trozos negros, causados por el rímel. ¿Qué me pasa? Me arrastro por la pared hasta quedar sentada. Abrazo mis piernas y meto la cabeza en el hueco pequeño que queda.
Después de unos minutos, alguien entra, no me molesto ni en mirar. De repente, noto algo que está caliente por encima de mis hombros. No me había dado cuenta de que tenía mucho frío. Giro un poco la cabeza y veo su chaqueta azul marino. Sonrío un poco al ver quien es. Cojo los extremos de la chaqueta y la aprieto más contra mi cuerpo. Me limpio un poco la cara y la levanto. Me asusto un poco al ver que está tan cerca, pensaba que estaría de pie, pero no, está sentado delante mía. Me sonríe al ver que me he asustado. Me hace reír a mi también. Ma da la maleta, yo la cojo y la dejo a mi lado. Me tumbo y apoyo la cabeza en su regazo. Él me acaricia la mejilla.
-Tu hermana te ha llamado, ha dicho que te pasará a buscar -abro la boca para hablar pero no me deja, él continua-. No, tranquila, no le he dicho nada de esto. Y no me ha dicho nada de donde te llevará.
-Gracias. ¿Cómo me has encontrado?
-Te conozco demasiado, Alice.
-Será eso -reímos un poco y quedamos un poco en silencio-. ¿Sabes que estas en el baño de chicas, verdad?
-Si, y no me importa. Tu me has contado que a este baño no entra nadie.
-Ya, pero bueno.
-Venga, vamos fuera, que de aquí poco tocará el timbre -asiento con la cabeza y nos levantamos. Me da mi maleta y me la cuelgo. Me quedo un poco mirándole y luego le abrazo.
-Gracias, muchas gracias. Por todo, la verdad. Te quiero.
-Hey, no me las des. Yo también a ti, preciosa  -me da un besito en la frente-.
-Ve tu, yo ahora voy -me mira con cara de preocupación. Yo le sonrío-. Tranquilo, que no volveré a llorar. Estaré bien -me sonríe y se va.
Rápidamente, lavo los restos de rímel con un poco de agua. Luego saco el lápiz, el rímel, etc... Y me pinto. Cuando estoy acabando, toca el timbre. Asqueroso timbre. Acabo lo más rápido y guardo todo lo que había sacado. Voy a la taquilla y cojo los libros. Historia a primera hora, y llego tarde... La profesora Wolff se cabreará... Y mucho. Voy casi corriendo hasta la clase y ya están todos sentados, veo a Emily, Adam, Alex y a Tim, pero a quien no veo es a Wolff. Cuando entro, algunos se giran, y otros no. Alguno sonríe y otro no. Voy al único sitio que queda, atrás del todo y el sustituto, explica porque Wolff no ha venido hoy. Nos hace estudiar, ya que el próximo día tenemos examen. Pero la mayoría nos ponemos con el móvil, sin que nos vea.
Cuando voy a desbloquearlo, me sale una notificación...


sábado, 19 de enero de 2013

Capitulo 17



Pero me coge de la mano y me estira, yo caigo encima suya.
-¿No querías que me fuera? -digo sonriendo.
-¿Yo? ¿Cuándo te he dicho esto yo? -me da un besito en la nariz.
-Habrán sido alucinaciones mías entonces, aún me duele la cabeza -tuerce un poco la boca y me examina un poco la herida.
-Será cabrona. No creo que te vuelva hacer nada, se lo hemos dejado clarito. No sé porque se ha metido.
-¿Quién me ha pegado? No me he fijado.
-Eve, ¿quién será si no? -dejo caer mi cabeza sobre su pecho- En fin, pasemos de ella. ¿Estás mejor?
-Me duele a ratos, pero sigo un poco mareada -saco una media sonrisa-. ¿Han puesto algo por lo que deba preocuparme y darme prisa en hacer?
-No, la verdad. Hemos hecho poca cosa. Lo que nos han dicho que hemos de hacer una función o algo así, para recoger dinero para el viaje de estudios y eso.
-Bah, que asco.
-Sabía que dirías eso -él se ríe-. Es que, a ti no te gusta hacer nada delante de gente.
-Nunca me ha gustado, la verdad. No pienso hacer nada en la función esa.
-Pues sube la nota de Educación Física si haces no sé que, si haces otra cosa te sube otra y más cosas así.
-Pues, a mi me da igual -hice un mohín.
-Que mala te estas volviendo... ¿Has venido sólo para preguntarme esto?
-La verdad es que, no... Venía a darte algún que otro mimito, ¿sabes? -le empiezo a dar besitos.
-Pero -dice cuando puede- ¿no te ha bastado esta mañana? -niego con la cabeza. Reímos, hay algunos momentos de roce, cosquillas, besos y más besos... Seguimos así un rato, hasta que tocan la puerta. Yo me siento en la silla y cojo el móvil como si nada. También me peino un poco con las manos.
-Pasa -dice Alex, que sigue tumbado en la cama. Sonriendo.
-Hey, parejita -dice Jake-. Tu hermana me ha dicho que estabas aquí, dale esta chaqueta, que se la dejó el otro día -me la tira a la cara y me da justo en la parte derecha. Muy bien, Jake.
-Vale. Pero la próxima vez, antes de volvérmela a tirar a la cara, miras haber si tengo alguna herida.
-¡Ostia, es verdad! ¿Qué te ha pasado?
-Me han pegado...
-Ah... ¡Lo siento! -dice saliendo rápido de la habitación, antes de que le haga nada.
-Que cabrón está echo -me giro hacia él, que se ríe, aún. Voy y me siento encima de su barriga- Hombre, que tu tampoco te salvas, eh.
-Uy lo que me ha dicho... -me empieza a hacer cosquillas. De tanto moverme, de un lado para otro para que parará de hacerme cosquillas, caemos al suelo y acabamos riendo.

Mi móvil empieza a sonar. ¿Siempre nos han de molestar? Bah. Me levanto vagamente del suelo y me voy a cogerlo.
-Dime, mamá.
-¿Cuándo puedas podrás venir y llevarle el móvil a tu padre? Se lo ha dejado y lo necesita.
-¿Lo necesita ahora mismo? -hago una mueca.
-Pues sí, Alice. Le han de llamar de un sitio.
-¿Y porqué no se lo llevas tú?
-Estoy preparando cosas, ahora vendrá Francesco. Hemos de mirar unas cuantas cosas de la línea de ropa.
-¿Y Emmy?
-Está en una exposición.
-Puff, ¿y si va Nico?
-Venga, no digas chorradas y ven ya. Adiós.

Cuelgo. Ya podría ir ella, o podría haberse acordado papá. ¿Me harán ir ahora al polideportivo? Puff...
Me giro y me lo encuentro a él atrás mía. Me abraza un poco y nos sonreímos.
-¿Ya te reclaman? -asiento con la cabeza- No nos dejan estar solos, eh.
-Ya estaremos más rato cuando estemos en Las Vegas, que por cierto, ¿te han dado el visto bueno?
-Dice que por ella sí, pero que no me pase -se queda pensativo un poco-. Además, le he dicho que voy con alguien mayor de edad.
-Pues pareces más mayor tú, que no yo, enano.
-Lo sé, lo sé -le doy un besito-.
-En fin, yo me voy, que mi padre necesita su móvil.
-Yo también me voy, voy a la peluquería.
-Ah, muy bien. ¿Y que te harás: te raparás el pelo al uno?
-Pues puede ser.

Me río y bajamos. Nos paramos a despedirnos de su madre y salimos hacia mi casa. Justamente llega Francesco.
-¡Fran! -digo cuando lo veo.
-¡Alice! Madre mia, cada vez creces más -me da un abrazo y dos besos-. ¿Y qué tal todo?
-Bastante bien -digo mirando de reojo a Alex, que va a mi lado, cogido de mi mano.
-¿Y quién es él? ¿Tu noviete?
Me sonrojo y le sonrío.
-Sí. Él es Alex. Y él es Francesco, es un gran amigo nuestro, aparte de ser el "ayudante", por así decirlo, de mi madre -se estrechan la mano y se saludan mutuamente. Luego Fran, se queda un poco pensativo y al final, abre la boca para hablar pero se vuelve a para. Parece indeciso.
-Alice, ¿tú no estabas con Mike?
-Dios, ¿lo habéis leído?
-Todo..., y tu madre también -me llevo la mano que tengo libre a la cabeza.
-Haber, no estaba con Mike, ni lo estoy, ni lo estaré. Desde hace un par de meses estoy con Alex. Con Mike, nunca lo he estado. Es un mentiroso, eso es lo que es, se hace la víctima y todo. Encima, nos hace fotos a nosotros dos, diciendo que le pongo los cuernos. ¡Es todo mentira! Y lo que más me molesta de esto, es que los otros se lo creen. Y gracias a él, me han hecho esto -me señalo la herida de la frente.
-¡No será verdad! ¿Y porqué miente?
-Porque le gusto desde hace un huevo de tiempo y yo paso de él. Y tiene envidia de que yo sea de otro y no suya.
-Pobrecita... -me estira hacia él y me abraza.
-En fin, entra que mi madre te espera y yo he de ir a ver a mi padre.
-Claro, claro.
Entramos, saludamos a mi madre y ellos se quedan hablando. Cojo el móvil y nos dirigimos hacia el polideportivo donde mi padre entrena.
-¿Os conocéis desde hace mucho, verdad?
-Bastante, es un buen amigo nuestro.
-Ya veo, tuyo sobretodo -me da un codazo y nos reímos-. Una cosa que tenía ahora rulando en cabeza, ¿cómo es que tienes un año más que yo y vamos al mismo curso?
-Repetí.
-¿Tú? ¿Con las notas que sacas? -susurro un sí casi inaudible, los recuerdos me asaltan a la cabeza de repente y se me cambia la cara- ¿Porqué?
-El año pasado, caí en depresión. Tenía una gran amiga. Era muy simpática, agradable, guapa,... Lo malo es que ya no la tengo.
-¿Qué pasó? -dice cogiéndome más fuerte de la mano y con la otra abrazándome por los hombros.
-Todo el curso iba bien, más o menos, algún que otro suspenso, como es normal. Fue a partir de mediados de curso, a estas fechas más o menos. A Mary y a mi, se nos ocurrió salir. Un fin de semana. Mis padres no estaban, así que decidí quedarme en su casa. En fin, que salimos, y nos pasamos un poco bebiendo. Ella sí, yo no mucho, pero iba bastante contenta -saco una media sonrisa-.  Salimos de la discoteca, así como pudimos y fuimos a un bar, sí, a un bar. Estaba bastante de moda ese y decidimos ir. En el, habían unos chavales, los cuales nos miraban mucho y tal. Mary decía que se quería tirar al rubio. Había algún que otro guapo, pero, se veían bastante macarras. Cuando nos acabamos lo que habíamos pedido, pagamos y yo necesitaba ir al baño. Riendo, me acerqué a los chicos y les dije haber si la guardaban un minuto. No me fiaba de lo que podía hacer sola. Me dieron su visto bueno y yo me fui -hago una pausa y respiro. Cojo aire y me preparo para decir lo que viene-. Cuando volví no estaba ella, ni ella ni los chicos aquellos. Salí fuera y, allí estaba, ella -un lágrima se me escapa-, tumbada, apoyada en la pared. Casi muerta, sangrando por la cabeza y otras partes. La habían dejado en coma los cabrones aquellos. Llamé en cuanto pude a una ambulancia, de mientras la intentaba reanimar, lo que fuera, estaba intentado hacer lo que fuera para que estuviera a mi lado, otra vez. En cuanto llegó la ambulancia, nos llevaron al hospital y la metieron hacia quirófano. Algunas enfermeras me preguntaban cosas, me intentaban tranquilizar. Cuando sus padres llegaron, estuvimos hablando un rato y el médico nos llamó. Fuimos a una habitación, dónde solo podía entrar uno y entró su padre. Después su madre y cuando pude, yo.  En un par de días, fui hacia la habitación suya y... me encontré a sus padres llorando, unos médicos dentro, intentándola reanimar. La metieron en otra camilla y se la llevaron al quirófano por una puerta trasera de su misma habitación. Empecé a chillar y a pegar golpes al cristal que había, viendo como la metían dentro. Pasó una hora, o por ahí y yo seguía apoyada en el cristal. El médico salió y nos dio la noticia de que... ella ya no estaba.
-Alice, lo siento. No debe...
-Pero -le interrumpo sin hacerle caso-, lo que más se me quedó fueron las ultimas palabras que sus padres me dijeron: "Todo ha sido culpa tuya, tu la embaucaste para que saliera." Y, tenían razón. Fue todo culpa mía. No la debí dejar sola con aquellos chicos, no debería haber ido al baño, no debería haberme fiado de aquellos cabrones, no...
-Shh, para -me abrazó. Él era mi único refugio ahora mismo-. No fue culpa tuya, ni suya. Fue de aquellos. No debería haberte sacado el tema. Lo siento mucho -le abrazo y lloro. No aguanto más.  Después de un poco, llegamos al polideportivo y me paro en la puerta antes de entrar. No le suelto aún.
-Prométeme una cosa -le digo espontáneamente.
-Lo que quieras -dice sonriendo. No sé como lo hace, pero hace que yo también sonría.
-Prométeme que, pase lo que pase, no te vas a separar de mi -me abraza más fuerte y me besa. Supongo que eso será un sí. Cuando puedo sonrío y me separo un poco de él.
-Bueno, mejor entro, que me están molestando las llamadas ya.
-Vale, pero levanta la cabeza, que se te cae la corona, princesa -me limpia un poco las lágrimas y me da un último beso. Se va hacia la derecha, donde está la peluquería a un par de calles.
Me quedo sonriendo y entro. Saludo a la recepcionista, que me da una llave para poder pasar por las puertas. Cuando llego donde están todo el equipo, me quedo un rato mirando, hasta que mi padre, por fin, se para a beber agua.
-Toma papá. Te están llamando todo el tiempo. ¿Quién te está llamando?
-No te lo puedo decir aquí.
-Que "importante" ha sonado eso.
-Más o menos, lo es.
-Miedo me das. En fin, me voy a casa.
-Vale, cariño -me da un beso-. ¿Qué te ha pasado en la frente?
-Luego te lo cuento, nada importante.
Doy media vuelta y me dirijo a la puerta. Me recorro todas las gradas hasta ahí. Joder, ¿un poco más lejos, no? Cuando me quiero dar cuenta, me choco con alguien. Ese alguien me ayuda a levantarme y cuando me fijo en su cara.
-Suelta, imbécil -y le empujo.
-Alice, hemos de hablar.
-Mike, que te den. No hemos de hablar nada. Fuera de mi vida-me giro para irme y él me coge del brazo. Yo me intento deshacer de su mano-. ¿Cuándo piensas rendirte, eh? Por tu culpa me han hecho daño. Tú me has hecho daño. Lo que haces en mi vida solo es estorbarme. Si quieres novia, busca a la fresca de Eve, tanto que te defiende-muevo un poco el brazo y se suelta.
-Alice, de verdad. Quiero hablar contigo.
-Pues yo no. Adiós -me voy y él se queda ahí parado.
Llego a mi casa y me tumbo en la cama. Madre mía la que se ha liado en solo un rato. Miro mi móvil, que se queda pillado, que asco. Lo tiro al cojín y me levanto de la cama, voy hacia la mesa y cojo la foto. Le echo mucho de menos, daría lo que fuera por verla.






domingo, 16 de diciembre de 2012

Capitulo 16


-¿A Las Vegas? -suelto una carcajada- ¿Y qué haréis allí, ir de casinos?
-Claro que no. Iremos al Stratosphere, pero por la noche saldremos a liarla -dice Natasha.
-¿No te convence? -dice Megan, dandole un sorbo a su cafe.
-A ver, no está mal, pero no me apetece ir. Además, iréis con alguien vosotras y yo para estar sola, paso de ir.
-Traetelo -me dice Natasha-, así no estarás sola.
-¿A quién?
-Joder, Alice, pensaba que eras más lista. ¿Qué te ha hecho este fin de semana para que estés tan ida? Eh... -dice Natasha, pegándome golpecitos con el codo.
-Ah, Alex. Pues...
-¡Sí! -dice ella sin dejarme decir nada- Mañana se lo pedirás. Y si no quiere, te vienes de todas formas, hace tiempo que no hacemos nada juntas. Sólo vendrá un amigo mío, con Megan no irá nadie.
-Menos conmigo, eh -le dice Megan.
-¿Cómo que menos? Si no te lanzas a por Mathew, pues son las consecuencias. ¡Te lo quitarán cómo no te espabiles!
-¡Pero si pasa de mí! -dice Megan haciendo gestos con las manos.
-Hombre, es que haces que pase de ti.

Yo las veía y me reía. Las quiero mucho a estas dos. Son dos gemelas guapísimas. Tienen los ojos de un color verde muy clarito, el pelo de color negro azabache y dos preciosas sonrisas. Las diferencio porque Megan tiene una peca por abajo del ojo izquierdo y Natasha no tiene ninguna. Tienen dos años más que yo.

-Nat, ¿un amigo tuyo? ¿Desde cuando tus "amigos" se vienen de viaje contigo?
-Larga historia, primita...
-Es su novio -se ríe Megan.

Recogemos y nos pasamos lo que queda de mañana por el centro comercial. Fui a la tienda Apple a mirar los móviles, me encanta el iPhone nuevo, pero cuesta una pasta seguramente. Seguiré buscando. Mi HTC está en las últimas, por eso lo quiero cambiar. A lo mejor tengo dinero suficiente del que me dieron en mi cumpleaños. Bah, ya vendré otro día.
Cuando salimos del centro comercial nos vamos a casa de mi abuela a comer y demás.
El domingo no hago nada importante, me voy de comida con amigos de mis padres. Vaya mierda. Yo estuve con el móvil hablando con amigos y mis locas primas.

Cuando despierto el lunes me cuesta bastante. Dios mío, que frío. Ha refrescado un montón. Voy al baño y luego voy al vestidor, haber que me pongo hoy. Vaqueros y... ¡Argh! No hay ninguna camiseta que pegue con estos pantalones, mierda. Salgo del vestidor y voy hacia el estudio de mi madre. Cojo una camiseta de manga de tres cuartos de encaje azul turquesa. ¿Desde cuándo tiene esta ropa mi madre? Será su nueva temporada. Voy hacia mi habitación a cambiarme y... ¿Y esa sudadera? No es mía, además es bastante grande. Ya sé de quien es. Me la pondré haber si se da cuenta.
Llego al instituto y me encuentro a Sam, a Tara y a Erica apoyados en la pared al lado de la puerta. Cuentan algo interesante las chicas, porque nunca se ve a Sam tan callado.
-Hola -digo cuando llego. Sin respuesta, no contestan- Hola... -repito.
-¿Desde cuándo sales con otro? ¿Y con Mike, desde cuándo?
-¿Qué? -¿está de broma? No me gustan este tipo de bromas- ¿Yo con otro, con Mike? ¿Es broma verdad?
-¿Entonces cómo es que está en una revista? Sale Mike diciendo que tu le has roto el corazón y bla, bla, bla... Y que estás con otro.
-¿Revista? ¿Cual? ¿La tienes? -Tara asintió con la cabeza y me la da- A ver.

"Mike Stan rompe con su chica. ¿Cuernos?
El otro día le hicimos una entrevista al actor Mike Stan sobre la nueva película que rodará. Y... ¡Le conseguimos sacar algo de vida privada! Tiene novia. Bueno, tenía.  Sí, ¡cómo lo oís! ¿Quién podría dejar a este guapetón? Pues la ex del actor era nada más y nada menos que la hija de la famosísima diseñadora Caroline Boucher, ¡Alice Lekker! Tenemos algunas fotos que confirman la infidelidad por parte de esta. En la pagina siguiente las podéis ver las fotos. Se ha buscado un buen fichaje. Mike, nos cuenta de que está muy dolido y que le ha hecho mucho daño: "Tengo bastantes mensajes suyos en el móvil pidiéndome perdón, diciendo que fue un tonto error, pero no sé si perdonarla. Creo que pasaré de pagina, no quiero a nadie así." Y así lo veis, pobrecito, estaba destrozado. [...]"

Cuando lo acabo de leer me doy media vuelta y lo busco. No está. Si lo veo se la carga.
-¿Algo que decir? -dice Sam- ¿Lo sabe Alex?
-¿Alex? ¡Qué va a saber él! ¡Si ni siquiera es verdad! Mirad las fotos, ¿a quien se parece este? Joder, que esta foto es del otro día. Alex y yo salimos por fuera y nos encontramos con el imbécil de Mike que no sé que hacia por ahí, seguramente nos hizo la foto.
-Es verdad, este es él -dice Erica, que aún no había dicho nada.
-Así que cuando veáis a Mike, me avisáis que le diré un par de piropos -digo. Ellos se ríen. De repente alguien me abraza por los hombros y me da un beso en la mejilla. Yo me giro y le doy otro en los labios, él se separa un poco y me sonríe. Yo le saco la lengua, estoy demasiado cabreada para sonreír.
-Ya sé que me echabas de menos, pero no hace falta que te cabrees, que ya me tienes aquí -me río y le empujo un poco, que hace que tropiece un poco y caiga con la espalda apoyada en un árbol.
-Imbécil -nos reímos y él me coge por la cintura y me acerca más a él- No estoy cabreada por ti, ¿crees que me podrías cabrear tú? Es el imbécil de Mike, que ya la ha liado otra vez.
-¿Qué ha hecho?
-Luego te lo...
-Alice, Mike viene hacia aquí - dice Erica.
-Entonces, avísame cuando pase y dime si mira hacia aquí y dime su reacción-digo girándome. Me vuelvo a girar hacia Alex y le dedico una sonrisa malévola. Cambio de tema-. Mis primas se van a Las Vegas y me han dicho que vaya... -espero respuesta pero no la obtengo, ¿en que está tan concentrado?- Y, seguramente iré. Pero me aburriré ya que ellas se llevan a un "amigo"... ¿Te vienes?.
-Pero si sois tu y tus primas, yo no pinto nada con vosotras. Sois familia, sois chicas. Si estaréis de compras y cosas de esas. No me apetece ir, además tenemos muchos exámenes y...
-Que mentiroso eres. ¡Si eras tu el que me decía el otro día que pasase de los exámenes! Solo porque te pegó un calentón... Si no quieres ir dime que no y punto. No me cabrearé. Pero no me digas mentiras, que sabes que no me gustan.
Él se empezó a reír. Mucho.
-Claro que quiero ir, tonta. Era para ver que decías -y me abraza. Me separo un poco de sus brazos, le sonrío y le doy un beso.
-Alice, ahora pasa, está por el árbol. Y ahora os mira -le alzo el pulgar. Cojo del cuello a Alex y le acerco hasta mi. Más besos. Lo hago aposta por Mike. Bueno, de todas formas le daría el beso sí o sí a Alex. Este dura 2, 4, 6, ¿10 segundos? Él se separa y me mira extrañado.
-¿Y esto?
-Si no querías me lo podrías haber dicho antes.
-No, no -se ríe y vuelve a mirarme extraño-. Me voy a empezar a cabrear, te queda mejor mi ropa que a mi.
-A si que te has dado cuenta...
-La estaba buscando esta mañana.
-Luego te la doy, que ahora está calentita.
-Hombre, no te diría que te la quitases aquí en medio -nos reímos y el timbre suena. Fuimos hacia dentro-  Me has de contar lo de Mike y sus movidas.
Se lo voy explicando hasta que llego a mi taquilla y él se va a la suya. Tiene clase de Francés y yo de Español. Bah, vaya mierda.
Cuando llegamos al comedor, esta petadisímo, como siempre que nos hacen salir tarde de plástica. Llego a la mesa donde están Tim, Emily, Tara y otros, menos él. Me saludan y siguen hablando de lo que sea. Yo busco a Mike por todo y, ahí está.
-¿Le pregunto a saco lo de la revista o me hago la buena al principio?
-Hazte la buena -dice Emily-, pero no te pases.
-Sí, sí, sí.

Voy hacia donde está él y me siento a su lado.
-Hey Mike, ¿qué tal?
-Bien, ¿y tú?
-Perfectamente. He oído que vas a grabar una peli nueva, ¿cuál?
-Colgados, una romántica.
-Ah, guay. Y... - ya se me nota un poco el tono de enfadada- ¿no te han llamado para hacer ninguna entrevista ni nada?
-Sí, concretamente, una solo. Por ahora -me guiña un ojo.
-¿Y qué es lo que más te ha costado contestar?
-Si..., me..., gustaba..., quien la dirigía -dice, poniéndose nervioso.
-¿No te han preguntado nada más?
-No - hala, no aguanto más. Me levanto, le cojo del pelo y me lo llevo hasta la salida. Paso por la mesa donde estaban sentados mis amigos y Alex ya está ahí. Mientras paso, me agacho y le doy un rápido beso en la mejilla y sigo caminando.  Le llevo delante de los baños y ahí le suelto. Oigo a gente que me sigue-.
-¿Pero que haces descerebrada? -me chilla, tocándose la cabeza.
-¿Cómo que no te preguntaron nada más? -Ignoro su pregunta- ¿¡Ligas conmigo y luego me mientes!? ¿Pero qué te has creído que soy? ¿Imbécil? Eso lo eres tú -le chillo. Abre la boca para contestar pero no le dejo hablar, yo sigo-. ¿Cómo que yo era tu novia y te puse los cuernos? ¿Con quién, listo? Es que, ¡encima te haces la víctima! ¿Qué te he dejado muchos mensajes en el móvil pidiéndote perdón y no sabes si me perdonarás? ¿A que juegas, subnormal? - estoy a punto de empujarle cuando me cogen.
-Shh, Alice, para. Quieta.
-Lo único que eres es un niño rico, consentido, que quiere llegar a ser mucho, pero a este paso no va a ser nada.
-Alice, yo no dije nada de eso -dice Mike, por primera vez.
-¿Vuelves a mentir? ¿Encima? ¿Pero a ti que te pasa? ¡Dime que sí, que lo hiciste y se acabará más pronto! Pero no me mientas, gilipollas.
-¡Eh! ¿Pero qué le haces? -me dice una chica, que debe ser una de sus amiguitas. Me da como un puñetazo y hace que mi parte derecha de la cabeza choque contra la pared-.
-No te metas -le digo. Me empieza a cocer el final de la ceja, por la sien. Algo empieza a caer por ahí. Me toco con la mano temblorosa y veo sangre. Me giro hacia Mike- Ya acabaré de hablar contigo, cuando me deje de sangrar la cabeza.
Me escabullo por la gente que se había amontonado ahí y me voy hacia el baño que está al lado de mi taquilla. Me miro en el espejo y veo que la sangre llega hasta el ojo, más o menos. Cojo un trozo de papel, lo mojo con agua y me intento quitar lo que pueda. ¡Cómo duele! Será... No me he fijado en quien era. Me estoy empezando a marear y la sangre no cesa. Iré a la enfermería. Entra en el baño Erica y me abraza.
-¿Estás bien?
-Fatal, acompáñame a la enfermería, que no creo que sepa llegar.
Me acompaña y ella se va a clase, ya que toca el timbre antes de que ella entre a la enfermería. Me hace preguntas como: que te ha pasado, quien te lo ha hecho, te encuentras bien, etc...
Dice que me vaya a mi casa y descansara. Pues eso. Me voy a mi casa y me quedo dormida en mi cama. No puedo apoyar la cabeza por la parte derecha, me duele mucho. Me ha puesto dos puntos americanos.
Me despierto y ¡son las seis y media! ¿Cómo he podido dormir tanto? Si eran las once y pico cuando me dormí... Cojo el móvil y miro todos los mensajes que me han ido dejando. Los intento contestar todos los que quiero, claro. Me voy a poner los zapatos, cojo una chaqueta y voy hacia abajo. Que hambre. Cojo un vaso, me pongo zumo y cojo unas galletas que hay por encima de la mesa. Cuando acabo, voy a saludar a mi madre, que está por ahí. Salgo de mi casa y me voy a la de delante. Toco el timbre y me abre la señora Knoffler.
-Oh, hola Alice. Pasa -le sonrío-.
-¿Está Alex?
-Sí, está arriba. Hace poco ha llegado y ahora se estaba duchando. Si no ha salido ya le quedará un poco. Sube a su habitación.
-Vale.
Subo a su habitación y él no está ahí. Me siento en su cama y miro un poco mi Facebook desde mi móvil. La puerta se abre de repente y aparece él, solo con los pantalones. Y su pelo moreno mojado.
-¿Qué haces aquí?
-Pues, he pensado: "Venga, voy a tirarme al vecino de delante", y aquí me tienes -nos reímos, me levanto de su cama y le abrazo-. No te hagas ilusiones, eh.
-Pues si no quieres que me ilusione, fuera. Vete -me empuja hasta un poco antes de la puerta y se sienta en la cama. Yo me quedo parada mirándole. Vale... No dice nada, solo me mira. Doy media vuelta para irme.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Capitulo 15

Después de un mes...

-¿Qué te ha dado el segundo ejercicio? A mi cero.
-A menos dos. La habrás hecho mal.
-Si claro, a lo mejor eres tú el que la ha hecho mal -me río y le tiro la goma.
-¡Ay! ¿Desde cuando has mejorado tu puntería?
-Te la debía desde hace tiempo... -me señalo la frente y me doy golpecitos con el dedo- ¿Recuerdas?

Estamos sentados él y yo en mi habitación, él en mi cama y yo en la silla. Se ha dado por oficial que salimos. O eso dice todo el mundo. A Mike le he estado dando plantón todo lo que llevo de mes. Que se joda. Hay más chicas, además, hay chicas que no están cogidas. Pero, ¿porqué estoy pensando en él ahora? Es imbécil. Emmy sigue con Jake, aunque, han pasado algunas cosas. Mamá quiere que yo haga el anuncio para su nueva línea de ropa, en la que le ayudé. No lo voy a hacer, no quiero hacerlo.

-¿En que piensas? -la voz de Alex me devuelve a la realidad.
-En nada. ¿Qué has hecho para que te salga menos dos?
Me empieza a explicar lo que ha hecho y yo me quedo igual que antes. Voy hacia la cama, me siento encima de él y le cojo la hoja de las manos.
-Mejor que lo vea yo, no me he enterado de nada.
-Como quieras...
Empiezo a leer lo que pone. Me encanta su letra, igual que él. Sigo mirando los números pero algo me distrae: cosquillas. Por los hombros. Me retuerzo un poco y paran. Luego, noto besos por el hombro izquierdo. ¿Cómo quiere que me concentre?
-Para... ¡Me desconcentras!
-Es lo que intento... -dice riéndose, yo le pego flojito en la frente con el cuaderno.
-¿No quieres aprobar?
-Llevamos toda la tarde estudiando. Y son las... -mira su móvil- nueve y pico. Y sé que tienes las mismas ganas que yo de estudiar. ¡Es viernes hoy!
-¿Tanto se me nota? Vale, me has pillado... Era solo una excusa para que te vengas a mi casa -y nos reímos. Me giro y le doy un beso en los labios.
-No necesitas excusas -sonríe y me da otro.
Llaman a la puerta y aparece mi hermano por atrás. Me levanto riendo de encima de Alex y me voy hacia él.

-Tengo hambre.
-¿Hambre? Pues ve abajo y coge algo.
-Vale, ¿me acompañas? -le empujo un poco para que salga. Ya en el pasillo se para- Una cosa, ¿cómo se da un beso?
¿Qué, un beso? Eso me coge desprevenida. ¿Qué quiere decir eso?¿Para qué quiere saber como se da un beso si solo tiene seis años?
-¿Cómo que un beso? ¿Para qué?
-En mi clase, hay una chica... Que me gusta... Y le quiero dar un beso-dice sonrojandose.
-Pero, pero... ¡Tienes seis años!
-Y tú diecisiete y no te cortas.
-Pero... ¡Qué tú no necesitas saber eso aún! Tienes mucha infancia por delante.
 ¿Qué no me corto? Pero, pero... ¡Madre mía! Sabe mucho, ¿no? Fuimos hacia abajo a coger algo a la cocina. Cuando voy a subir hacia la habitación, está bajando Alex con mi móvil que suena.

-¿Si?
-Hola, Alice. ¿Qué tal? Una cosa, dile a Emmy que ya hemos llegado.
-¿Llegado, dónde?
-Estamos en Nueva York, ¿no te lo ha dicho? -¿Qué, qué? ¿Están en Nueva York? Me quito el teléfono de la oreja y respiro. Luego me lo vuelvo a poner.
-No, no me ha dicho nada. ¿Y yo qué hago con Nico? No pienso estar mañana todo el día con él.
-Tranquila, nosotros llegaremos por las cuatro o por ahí. Llévalo a casa de la abuela.
-Pues nada, adiós.
Cuelgo sin darle tiempo a que diga algo más. ¿Porqué no avisan antes? Mi hermano y Alex se han ido al salón. Voy al salón, dejo el móvil en la mesa y me siento en el sofá. Están hablando estos dos. Oh, no. Mierda. Como Nico le haya preguntado lo que me ha preguntado a mi...
-¡Gracias, Alex! Menos mal que me lo has dicho tú, mi hermana no me lo quería decir.
-De nada -le alborota un poco el pelo a Nico y se gira hacia mi. Yo me pongo una mano en la cara - ¿Qué te pasa?
-¿Qué, qué me pasa? Mis padres están de viaje, he de hacer de canguro, y ahora tú, ¡vas y le contestas una cosa a mi hermano que no debería saber!
-¿No debería saber cuanto son cinco mas trece?
-¿Una suma? Vale... Alice, tranquilízate... -digo cerrando los ojos. Alex se acerca y me abraza. Que calentito está. Le doy un beso en la mejilla, ja que mi hermano está delante.- ¿Qué quieres cenar? -Le pregunto a mi hermano.
-¡Perritos!
-Vale.

Me levanto para ir a la cocina y allí saco las cosas para hacer la comida. Pan, salchichas, patatas, queso, bacon... Bien, comida basura para todos. La dejo preparada en un plato, para freírlo luego y vuelvo al sofá, donde están mi hermano y mi novio. Que raro suena eso. Mi hermano está mirando tonterías suyas por la televisión y haciendo deberes. ¡Hala! ¿Eso no lo veía yo?
-Nico, aprovecha ahora y haz lo que tengas que hacer que te irás a dormir pronto.
-¡No! ¿Por qué?
-Porque sí, porque te lo digo yo.
-¿Y tú te irás pronto?
-No. Yo estaré aquí con él. ¿Te quedas a dormir? -Le pregunto a Alex. Él, duda un instante y luego acepta- Así no estaré sola.
-Alice, ¡es injusto!
-Mira, mañana te irás a casa de la abuela, estarás con Alan. Y si te vas a dormir pronto, más pronto estarás tú con él mañana.
-¡Si! ¡Bien! -Y empieza a correr hacia su cuarto.
-Joder, si que cuesta convencer a un niño que se vaya a dormir pronto.
-Hombre, es que es viernes -se ríe él.
-Me da igual si es viernes o sábado. Yo lo único que quiero es que no nos incordie -me acerco y le doy un beso en el cuello, subo un poquito más y le doy otro por debajo de la oreja.
-Pues, si lo dices de esa forma... Haces cosquillas, ¿lo sabías?
-¿Ah sí? No era lo que...
-¡Alice, está nevando! -grita mi hermano bajando por las escaleras. Yo me asusto.
-Y es por eso que quiero que se vaya pronto a dormir -le susurro a Alex. El se ríe y yo me separo y me voy hacia Nico- Haber la nieve.
Me coge de la mano, mira a Alex y le saca la lengua. Yo me río. Mi hermano está celoso. Me lleva a la corredera de cristal que da al jardín y se ve todo blanco. Tenía razón.
-Venga Nico, acaba tus cosas, si quieres te ayudo pero venga. Rápido.
-Vale... Pero me ayudas, eh.
-Claro.
-Alice, de mientras voy a mi casa a por mis cosas y vuelvo -dice Alex. Empiezo a asentir con la cabeza y mirar su cuerpo. Uff... Nico me estira del brazo y yo le suelto la mano.
-Nico, tio, vete a tu cuarto, yo ahora voy, enserio -empieza a subir las escaleras.
-Ya entiendo porque quieres que se vaya pronto -se me acerca, me abraza y me da un beso en la frente. Yo sonrío. Él se va a su casa y yo me quedo atontada mirando hacia donde se ha ido.

¿Cómo puedo estar tan pillada de él? Nunca me había pasado. Nunca me había enamorado. Subo al cuarto de mi hermano y le ayudo a hacer la bolsa con juguetes que quiere para mañana. Luego le ayudo a hacer los deberes. Tocan al timbre. Me levanto y voy abajo a abrir. Vuelven a tocar. Mierda, los pantalones me van grandes, se me empiezan a caer. Llego abajo y abro. Es él. Sonrío y cierro la puerta cuando él ha pasado. Subimos a mi cuarto para que deje las cosas ahí arriba y yo empiezo a hartarme de los pantalones. Él ríe y justamente se fija ahí. No me había dando cuenta de que se me habían bajado tanto los pantalones, bueno tengo una parte más abajo que la otra. Me pongo los pantalones hasta la cintura.
-Alice, ¿qué tienes en la cadera?
-Nada... -me coge por los muslos y me lleva hacia él.  Me empieza a bajar la parte derecha de los pantalones hasta que lo ve.
-¿Desde cuándo tienes un tatuaje?
-Desde hace dos años.
-¿Y tus padres lo saben?
-No. Por eso, -me subo los pantalones y le sonrío pícaramente. Me empiezo a tumbar encima de él - no vas a decir nada a nadie. ¿A que no?
-Me lo pensaré.
-Imbécil -me tumbo a su lado y me abraza. Yo me levanto y le estiro hacia mi - Vamos a cenar.

Me da un último beso y vamos hacia el comedor. Antes de llegar a las escaleras, aviso a mi hermano para que baje. Nico y yo empezamos a poner la mesa, Alex calienta la comida.
Cuando ya hemos cenado, mi hermano nos da las buenas noches y se va a dormir. Estamos solos, no es la primera vez que se queda a dormir. Estuvimos hablando un buen rato y yo luego me fui a cambiar. Dichosos pantalones. Cuando bajo, me lo encuentro a él tumbado en el sofá haciéndose el dormido. Me río un poco y luego voy hacía él. Me siento encima de sus piernas y le empiezo a hacer cosquillas. Nada, ni una mueca, no me acordaba que no tenía cosquillas. Seguro que tiene y no me quiere decir donde. Ya sé que hacerle. Me estiro hasta que mis manos llegan a su pelo y se lo empiezo a revolver.
-¡No! - Se empieza a colocar el pelo como lo tenía antes y a reírse- Así que querías hacerme cosquillas... -me empieza a hacer cosquillas por toda la barriga y por el cuello también.
-Para, no enserio, ¡para! -digo entre mis risas desconsoladas. Me ha tocado el punto débil.
Luego se suman pedorretas, besos, caricias.
-Mi hermano está arriba.
-Fíate de mí.
No me opuse.


¡Que frío hace! Aunque estoy bastante caliente por los brazos. Anoche nevó, es verdad. Tengo vagos recuerdos de anoche, pero bastante buenos. Lentamente, abro los ojos y le veo delante mía dormido. Que mono. Me giro vagamente y veo cosas tiradas por el suelo. ¿Qué son? Tengo los ojos borrosos aún. Me levanto y me congelo en el mismo instante. ¿Qué hago yo en ropa interior? De esa parte no me acuerdo. Subo corriendo a mi habitación y en dos minutos me ducho y me visto. Bajo y preparo algo rápido para merendar. Ayer quedé con mis primas a las once y son las diez. ¡Uff! Mi hermano viene en pijama y empieza a merendar.
-Alice, ¿tu ya estás? Yo me visto muy rápido y nos vamos a casa de la abuela.
-No, no estoy. Además he de esperar a Alex, está dormido aún. Y no seas impaciente.
-¡Pues lo despierto yo! ¡Quiero ver a Alan ya! -me asomo por la puerta para comprobar si la del salón está cerrada. Sí, lo está, menos mal.
-No chilles, enano. Acábate rápido la merienda y arréglate, pero no hace falta que corras... ¡Y no hagas ruido! Y abrígate -él asiente con la cabeza.
Voy hacia al salón vigilando a mi hermano que se ha acabado el donut que había cogido y sube hacia su habitación. De repente, me choco con alguien.
-Buenos días, guapa.
-Buenos días, pelo despeinado -digo mientras le peino un poco el flequillo.
-Me lo despeinaste tú por la noche.
-No, si ya.
Me abraza y vamos a la cocina. Comemos algo y luego subimos a mi habitación. Yo me arreglo un poco en el baño y él se cambia de ropa. En algún momento le miro en el espejo de reojo mientras se cambia. Tengo buen gusto, la verdad. Cuando se quita la camiseta, se me cae el pintalabios y él se gira.
-Mierda -susurro, cuando me estoy dando la vuelta. Me ha visto. Yo hago como si no estuviera girada. Él viene y me coge como si fuera un saco de patatas.

Después de un rato, salimos de mi casa y él se va a la suya. Yo llevo a mi hermano a casa de mi abuela y voy al Starbucks donde me esperan mis primas.